El arte y la tecnología juegan un rol fundamental en la construcción de nuevas miradas y sentidos sobre lo subjetivo, lo social y lo cotidiano. Constantemente trabajan con otras representaciones, las cuestionan, las movilizan y las enriquecen.
Los adolescentes, más allá de los límites de lo biológico
Los adolescentes encuentran en las redes su lugar para definirse según lo que sienten y desean, sin quedarse atrapados en el cuerpo y la genitalidad. Existe una gran variedad de nuevas categorías, además de las que ya conocemos como heterosexual, bisexual y transexual, muchos ya no se identifican con estos términos y han creado otras formas de describirse como: neutro (persona que no se identifica con ningún género); andrógino (tiene características ambiguas entre lo femenino y lo masculino); bigenéro (alguien que se identifica como hombre o mujer en diferentes momentos); género variante (atribuido a personas que no se comportan según las pautas sociales impuestas para su género), y muchas otras más. Esto no es un fenómeno científico sino social que genera sentido de pertenencia y es muy significativo para las minorías sexuales.
Lo normal, cada vez menos «normal» en la sociedad de hoy
¿Qué nos hace pensar como «normal» o «anormal» lo sexual? Las limitaciones en el terreno de la sexualidad provienen de una teoría biologicista amparada por la ciencia, que nos hace entenderla como meramente genital y para la reproducción del hombre. Pero, por suerte, la hiperconectividad vino a romper con todo ésto y a traernos más diversidad que se viraliza constantemente. En los blogs, chats, twitter, encontramos todo el tiempo estas nuevas definiciones.
En agosto de 2014 Facebook agregó un apartado, además de Femenino- Masculino, con más de 50 opciones de género para que ningún usuario de cuenta se sienta excluido a la hora de crear su perfil. Argentina fue el primer país de América Latina en incorporar esa función que da plena libertad de elección.
Las categorías fueron consensuadas por el colectivo LGBT, a través de las organizaciones que trabajan por la diversidad sexual. Al crear una cuenta en Facebook ahora son tres las alternativas en cuanto a sexo: «personalizado», «hombre» o «mujer». Para algunos puede parecer poco importante, pero esto tiene que ver con la identidad de cada uno, con la verdad y, sobre todo, con la necesidad de mostrarse cada cual como lo prefiere. Es otro paso zarpado hacia la inclusión, una batalla que se da día a día y que hoy es un poco más simple gracias a lo virtual.