Clapper txt_Alida Konekamp_Oct_2018
En 1992 dejó un cuento corto de su autoría en la recepción del diario Pagina/12. El director, que en ese entonces era el periodista Jorge Lanata, lo leyó, lo publicó y le ofreció un trabajo como redactora. El primer día le encargaron una investigación sobre el caos de tránsito en la ciudad de Buenos Aires. Salió a la calle con el grabador y una lista de personas para entrevistar. Cuando entregó la nota la felicitaron. Leila Guerriero se había preparado para ese momento, tenía en su haber toneladas de horas de literatura, de periodismo, de poesía y de historietas. Hoy, veintiséis años después, es la madre de una obra deliciosa, porque – como dijo el novelista español Benjamín Prado – sus reportajes no se leen, se devoran.
El método
Muchos hablan de su método, pero ella dice que hace lo que todo el mundo y lo resume en tres pasos: reportear a fondo, seleccionar el material y escribir. No le gusta estar en primer plano más o menos nunca, dice. Y cuando entrevista, la meta es pasar desapercibida: para que solo se escuche la voz del que será el personaje de su historia. Pregunta y deja que el otro cuente y se explaye, todo el tiempo que sea necesario. El efecto de invisibilidad se consigue con la permanencia, dice. Mientras, observa y anota.
Las palabras son su materia prima y algunas le gustan más que otras. Experiencia dice, es una palabra horrible. Y elige la palabra vocación para referirse al periodismo. La pulsión la conduce a escribir historias verdaderas, con personajes reales. Es dueña de una gran curiosidad y se deja llevar por ese interés para elegir el qué. Cuando algo la atrapa, aprende todo lo que hay que saber sobre el tema y recorta la realidad con un ojo adiestrado que revela esa parte de la historia que solo ella, y nadie más, ve. En esa perspectiva novedosa encuentra el verdadero periodismo.
La obra, a grandes rasgos
Mientras trabajaba en la redacción del diario La Nación, llegó a sus manos una noticia que le hizo eco: era la historia de doce jóvenes suicidas. Viajó a Las Heras, en la provincia de Santa Cruz, y dialogó con familiares y vecinos de esas personas que, por una razón o varias, decidieron terminar con su vida entre marzo de 1997 y diciembre de 1999. Se encontró con la muerte, el dolor y el aislamiento de un pueblo patagónico y narró con estilo y exactitud, sostenida en una pregunta que Los suicidas del fin del mundo (Tusquets, 2005) no responde ni intenta responder, pero que unió una a una las historias: ¿por qué se mataron estas personas?
En Plano Americano (Anagrama, 2018) publicó veintiséis perfiles de personajes entrañables de la cultura, como fotógrafos, escritores, artistas plásticos, guionistas, etc. Entró en la vida de Nicanor Parra, Idea Vilariño, Marta Minujin, Ricardo Piglia, Rodolfo Fogwill, Roberto Arlt, Lucrecia Martel y Sara Facio, entre otros y retrató mediante la observación minuciosa de detalles aparentemente insignificantes, el universo de estos creadores. Es una obra maestra de periodismo cultural que demuestra – en palabras de Mario Vargas Llosa – “que el periodismo puede ser también una de las bellas artes (…) sin renunciar a su obligación principal que es informar”.
Su obra incluye otros títulos como Frutos extraños (Aguilar, 2012) crónicas reunidas entre 2001 y 2008, Una historia sencilla (Anagrama, 2013) sobre el Festival Nacional de Malambo en Laborde y Zona de Obras (Anagrama, 2014) que reúne columnas, conferencias y ensayos. Sus textos son publicados en diferentes diarios y revistas de Argentina y Latinoamérica como La Nación, Rolling Stone, El Malpensante, SoHo, Gatopardo, Paula y El Mercurio. Tiene, además, una columna semanal de opinión en El País de España y es editora para América Latina de la revista mexicana Gatopardo. Sí, Leila Guerriero también es editora y disfruta mucho de ese otro oficio. Pero el periodismo escrito está por encima de todas las cosas, dice. Y esa es una buena noticia. A menos de una semana de su visita a la ciudad, Leila Guerriero dialogó con Clapps! sobre su triple oficio de periodista, escritora y editora, de su relación con los lectores y del periodismo actual.
Clapps!_Además de romper con el mito de que solo es periodista aquel que estudia periodismo, elegiste escribir un género que requiere de tiempo de reporteo y dedicación quebrando también el mito de la urgencia periodística, ¿determinaste que así sería o se fue dando solo?
Guerriero_Cuando empecé a hacer esto no le había puesto un nombre, yo hacía periodismo, artículos, notas, etc. Con los años se empezó a hablar de la crónica como tal y a llamar cronistas a algunos periodistas. Yo me sigo llamando periodista. Lo que hice y hago es lo único que sé hacer dentro del periodismo. No sirvo para hacer periodismo de noticias, soy lenta, me toma mucho tiempo escribir, tener un punto de vista, entender qué es lo que quiero decir. No fue en ningún momento un desafío o una imposición a mí misma, ni para demostrar al mundo nada. Fue una mezcla de algunas imposibilidades, como no poder trabajar rápido, no poder trabajar con la noticia caliente, con la investigación pura y dura, sino trabajar en este género que es un poco anfibio.
Clapps!_¿Para escribir bien hay que escribir mucho o vivir mucho?
Guerriero_Yo no creo que se pueda escribir mucho sin vivir mucho. Esto no quiere decir que haya que vivir de una manera extrema y terminar tirado en una alcantarilla (risas), hay gente que lo hace y escribe cosas magníficas. Pero sí creo que no se puede escribir sin salir a la calle y estoy hablando de la no ficción. Un escritor de no ficción no puede escribir en una torre de cristal, solo y aislado del mundo. Hay que nutrirse, hay que saber qué pasa, hay que participar de la conversación, por llamarlo de alguna forma. Me parece que uno aislado no tiene muchas maneras de hacer eso. Luego, cada uno verá lo que significa salir al mundo. Para algunos es salir a cenar e ir al cine y para otros es que el fin de semana empieza el jueves y termina el miércoles, y está bien en los dos casos.
Clapps!_Hace poco leí que sos una gran lectora de poesía y es un género poco explorado por muchos periodistas. Los escritores de ficción, en cambio, suelen recurrir a la poesía para avivar la imaginación, ¿crees que la poesía se traslada a tus textos o lees solo por placer?
Guerriero_Creo que uno no puede leer y decir esto me va a preparar para escribir, pero a veces sí uno lee con cierta intención de ver recursos. A mí la poesía siempre me resultó emocionante, inspiradora. Me da ganas de escribir. Es fantástica para alguien que escribe. También me enseña economía de recursos y despierta mi imaginación. Además, la música de los textos que escribo es muy importante y la poesía enseña mucho acerca de eso. Creo que esa música, esa métrica del texto viene de la poesía. Pero siempre leí poesía, de chica también, cuando no era periodista leía los clásicos españoles como García Lorca, Machado y antes Góngora, Quevedo, la poesía de los místicos, Santa Teresa, San Juan de la Cruz. Siempre tuve mucho interés por la métrica, hay algo que me resulta tremendamente inspirador en esa música.
Clapps!_Dicen que el escritor lee con ojo crítico, subrayando los recursos que llaman su atención, ¿en tu caso es así?
Guerriero_Puede ser que haya algo de eso, pero cuando estoy leyendo por puro placer no estoy leyendo como alguien que escribe o como alguien que edita. Sí sé, que cuando veo problemas en los textos, probablemente tenga menos tolerancia que la que puede tener un lector no demasiado entrenado. Me cuestan mucho los problemas narrativos de los textos, los personajes o personas mal presentadas o los saltos abruptos e inexplicables en el tiempo. Pero, en general, creo que me dejo ir bastante en la lectura; ahora que pienso, quizás leo mucho más atenta cuando leo no ficción, que cuando leo ficción. Pero, seguramente, todo lo que uno lee a esta altura va a parar a algún sitio de nutrición o de espanto (risas). Cuando leo, pretendo meterme en el mundo que me propone el autor y no pensar en otra cosa.
Clapps!_Cuando definís la lógica de un texto o buscas el hilo narrativo que une a un párrafo con otro, ese modelado que haces ¿es cien por ciento método o hay también intuición?
Guerriero_Creo que es un mix de todo. Uno sabe cuál es el método y cómo funciona uno, pero creo que en ese método hay experiencia, porque uno lleva muchos años escribiendo y sabe qué tiene que hacer en determinadas situaciones narrativas. Pero esa experiencia está también creada por la intuición y por una inspiración siempre muy trabajada. Uno no trabaja confiando que en un momento va a bajar la musa. Uno trabaja para que eso suceda. Entonces sí, es una mezcla de varias cosas. No hay nada que sea tan racional y nada tampoco que sea arrojarse a la piscina de la intuición y la inspiración sin ningún plan. Todo se conjuga. Pero hay cosas concretas que uno sabe que no funcionan. Por ejemplo, sé que no puedo escribir un texto largo si ese día en el que me siento a escribir tengo una cita a las tres de la tarde. Sé que para escribir tengo que tener un tiempo libre y no tener interrupciones.
Clapps!_¿Cómo manejas la responsabilidad de saber que lo que estás escribiendo puede herir u ofender a alguien o dañar su prestigio?
Guerreiro_Como paso mucho tiempo junto a la gente que entrevisto, se puede generar una situación en la que me entere de cosas muy hondas y muy íntimas. Pero en general, cuando eso pasa cuento con la anuencia de la persona que estoy entrevistando. Yo escribo tranquila. Tengo como una seguridad de que, si alguien me ha confiado su historia y yo he estado ahí para escucharla, voy a tratar de ser lo más honesta y equilibrada que pueda. Seguramente hay momentos en los que toca hablar de cosas más duras y uno no puede ser complaciente, ni hablar si estás haciendo un perfil o una crónica sobre una situación horrible y conflictiva o protagonizada por un ser siniestro. Pero no estoy pensando en qué pensará el entrevistado. Tengo sentido común también. Si me doy cuenta de que alguien dijo algo en un contexto y si yo lo escribo fuera de contexto lo puede perjudicar, aplico el sentido común. Soy una persona además de ser periodista. La herida al otro por la herida misma trato de no practicarla, si pongo algo que no sea tan agradable es para reflejar alguna faceta de ese carácter. No he tenido malas experiencias en ese sentido.
Clapps!_¿Hay temas relacionados con la coyuntura del país o de Latinoamérica que te parezca que no podés dejar de tratar? ¿o si están fuera de tu interés te mantenes al margen?
Guerriero_Me parece que uno tiene que escribir sobre lo que le interesa. Para hacer crónicas o reportajes no siento una responsabilidad de tocar ciertos temas, voy llevada por el hilo de la curiosidad y de los temas que me resuenan. Pero sí, me pasa esto que vos decís, en las columnas. Siento una responsabilidad. Por ejemplo, cuando han pasado cosas en Latinoamérica, temas que tienen que ver con inmigración, mujeres, género, vulnerabilidad de los niños y los viejos, la corrupción de los gobiernos latinoamericanos, etc. Incluso desde el punto de vista cultural, el fallecimiento de alguien que considero valioso, la publicación de algún libro que realmente vale mucho la pena mencionar y que trasciende la cuestión local. En esos casos he buscado el espacio para replicarlo.
Clapps!_¿Qué lugar ocupa la edición en tu vida con respecto a la escritura? ¿Sos más escritora que editora?
Guerriero_Para mí la edición es importante. Me gusta mucho editar y es un oficio impensado. Nunca pensé en dedicarme a la edición, hasta que un editor mexicano me dijo: “Tu puedes editar” y empecé a hacerlo. Entonces imaginé y apliqué un método. Y me costaría mucho dejar de editar. Aprendí muchas cosas. Cuando uno edita a otro y le pide determinadas cosas y que no haga otras y sugiere esto y lo otro y pide explicaciones de por qué esto está acá y no allá, no puede después tener con uno mismo la vara más baja. Ya forma parte de mí y me siento editora, pero el periodismo escrito está por encima de todas las cosas.
Clapps!_¿Cómo es tu relación con tus lectores? ¿Buscas el feedback?
Guerriero_No estoy muy pendiente y trato de salir un poco de la superstición de si les gustó o no, porque es inevitable que haya cosas que a la gente le guste más o le guste menos. Por supuesto que me gusta que las cosas que escribo se lean, que generen una conversación. El encuentro con los lectores suele ser en las conferencias o ferias del libro y a través de las columnas del diario El País. Muchas veces los lectores escriben a la dirección del diario y el diario muy gentilmente me lo remite. Y con algunos de ellos se ha generado una suerte de relación. Es interesante conversar con ellos. En ocasiones me hacen algunos comentarios de cosas que vieron en mis textos que resultan sumamente nutritivas. Yo no tengo Facebook ni Twitter, pero si por supuesto me interesa lo que la gente piensa. El contacto mío es más personal, por ejemplo, cuando se acercan a pedirme que les firme un libro. En algunas ciudades chicas, como Arequipa en Colombia o en Santiago de Chile, me ha pasado que voy a una librería o caminando por la calle me dicen “tu eres tal” y ahí me comentan cosas. Es muy agradable. Uno puede escribir porque esa gente compra y consume lo que uno hace, ¿no?
Clapps!_En noviembre vas a estar visitando Rosario para ser parte del Segundo Seminario Internacional de Fundéu Argentina, donde vas a compartir mesa con otros periodistas muy prestigiosos. ¿Qué expectativas tenes?
Guerriero_Es la primera vez que voy a formar parte de un Seminario de Fundéu, así que voy más que con expectativa, con curiosidad. Me parece que los temas de discusión son bien interesantes y diversos. Me interesa escuchar qué van a decir mis colegas. Estas charlas entre colegas y gente que piensa la lengua, que piensa la narración y la comunicación desde distintos puntos de vista, y por supuesto, discutir y agitar el avispero, siempre resultan interesantes. Voy con mucha curiosidad y creo que va a ser una sorpresa muy grata.
Clapps!_En este momento de crisis del periodismo y de los medios, ¿crees que pueda recuperarse la credibilidad?
Guerriero_Me parece que hay muchos periodistas que tienen mucha credibilidad y la crisis pasa más bien por una crisis de medios. Desde el poder se empezó a decir que los medios mienten y los medios en vez de contradecir esta situación, haciendo buen periodismo y demostrando que no mentimos, respondieron de una manera un tanto extraña. No puedo pensar en un mundo sin periodismo o sin periodistas. Y se me hace un poco reduccionista esto de que el periodismo en bloque miente o es falso y creo que la gente es inteligente y sabe discernir entre el que miente y el que no miente, el que manipula y el que no manipula, pero siempre va a haber buenos y malos periodistas. En todo caso, lo que hay en ocasiones es un periodismo más espectacular, que disfraza la opinión de noticia. Ha habido diversas crisis del periodismo y seguirá habiendo buen periodismo y mal periodismo como hubo toda la vida. Pasa que tendemos a olvidar, pero creo que es un poco así la historia.
Clapps!_¿Qué es lo mejor que te dio el oficio de periodista?
Guerriero_Lo mejor que me dio fue la vocación. Hago lo que quiero. Pero esa es mi vida, no sé si puedo separar el periodismo de lo que soy. –
INFO
El 1 y 2 de noviembre Leila Guerriero estará nuevamente en Rosario para participar del Segundo Seminario Internacional organizado por Fundéu Argentina, para conversar junto con otros tres prestigiosos periodistas: Gastón Roitberg, secretario de redacción multimedia de La Nación, Argentina; Eliezer Budasoff, director editorial de , Estados Unidos; Enric González, corresponsal en Argentina de El País, España.
El seminario titulado “El periodismo y los medios iberoamericanos ante los signos de este tiempo”, que se llevará a cabo en el Centro Cultural Parque de España, será una oportunidad para intercambiar distintas visiones en torno a las buenas prácticas de medios y periodistas en el marco de las oportunidades que ofrecen la digitalización y la hipertextualidad. Además, en la sesión de apertura, el reconocido filósofo italiano Franco «Bifo» Berardi dictará la conferencia «Tempesta di merda y la extinción del pensamiento crítico». Para inscribirse en la jornada de apertura, que es gratuita y abierta al público en general, clic aquí.