Clapper txt_EUGENIA MICHIELS_Jul_2019
Juan Dias no se considera a sí mismo un “fotógrafo” con la connotación que implica esa palabra, pero sin embargo sus fotos logran captar con sensibilidad el presente, las propias sensibilidades de éste y de las personas que lo habitan. Para su Limbo de Clapps!, Juan nos presenta su proyecto “La pesadez de los cuerpos”, título que va cambiando con el devenir de la cotidianeidad.
Juan nació y creció en Burzaco, sur del conurbano bonaerense, y actualmente vive allí donde desarrolla la mayor parte de su trabajo fotográfico.“Me parece importante mencionar que vengo de familia de clase media, así que el acceso a una cámara -sea de rollo o digital- no me faltó; tampoco faltó la relación de crecer con material fotográfico para reconstruir la propia historia familiar, lo cual es un gran privilegio que no todxs tienen” nos cuenta.
La pesadez de los cuerpos, el autodidacta
“Comencé a hacer fotos a finales de la secundaria, con una digital compacta, era la época que se usaba mucho Fotolog, ese era el medio más cercano que me surgió para ‘compartir’, luego apareció Flickr” nos cuenta Juan sobre su acercamiento a la fotografía, y agrega: “Siempre me interesó de forma autodidacta todo lo que tenga que ver con la imagen: diseño gráfico, fotografía y demás. Al salir de la secundaria intenté entrar a la carrera de Diseño Gráfico en la UBA, nunca termine de cursar el CBC y dejé. Las pocas materias que metí estaban encaradas desde lo fotográfico, lo cual me hizo inclinarme cada vez más a eso. A capacitarme en fotografía formalmente comencé a hacerlo en el 2010-2011 aproximadamente, en el Foto Club Bs As en el que hice diversos talleres.
Hoy en día me sigo anotando a seminarios y a otros tipos de talleres no precisamente de fotografía, ya que me parece necesario seguir profundizando en otros conocimientos para ponerlos en diálogo. Por ejemplo, ahora estoy cursando un seminario anual en la universidad de Quilmes que se llama ‘La muerte como forma de castigo’. Organizado por el Laboratorio de Estudios Sociales y Culturales. Y me sirve muchísimo, porque quiero seguir profundizando sobre las distintas violencias, la historicidad de ésta, y demás”. La violencia aparece reflejada en “La pesadez de los cuerpos” de una manera sutil, la violencia simbólica de los tiempos que nos tocan vivir, que –sin ser fatalista- retrotraen al ser a un loop de ansiedad infinita.
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La pesadez de los cuerpos, la ansiedad manifiesta
Juan nos cuenta que el proceso creativo de “La pesadez de los cuerpos” surgió de una especie de crisis existencial, concepto muy conocido y harto mencionado en nuestra época de redes. “Era pleno 2014. Me percibía ansioso, nervioso. Estaba bloqueado, no podía fotear nada. Empecé a escarbar e intentar ver por qué, s politizar ese sentimiento, desindividualizarlo, ver que tenía que ver con las nuevas maneras de relacionarnos. Por fuera del horario laboral, y ya en casa, me iba a tomar el tren simplemente para leer en la ida y vuelta a Constitución (casi dos horas en esos dos viajes). Plaza Constitución es el no-lugar principal de intercambio de personas entre Conurbano sur y Capital Federal. Observar esa relación con los espacios, lxs otrxs, con los tiempos muertos y demás.
En otras ocasiones simplemente me iba a caminar, observaba el lenguaje corporal de las personas, del mío mismo. Luego eso se transformó en hacer las primeras fotos a texturas, a luces y sombras. Al pasar los meses me di cuenta que había patrones que se relacionaban con un malestar con los tiempos que vivíamos, sobre autores que leo, sobre charlas con mí compañera, con amigxs, familia, etc”.
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La pesadez de los cuerpos, nuevas maneras de relacionarnos
Juan se su sube al colectivo, subte o tren, cualesquiera que sean los medios de transporte de ese día, y capta. Capta miradas, capta la pesadez, capta el tedio, capta el ocio, capta la enajenación, capta la ansiedad, capta la espontaneidad de la cotidianeidad con su propio celular.
“Todas las fotos son espontáneas. Son hechas con el celular mismo, la idea es pasar desapercibido, y hoy eso una cámara normal no me lo da; o yo lo siento así, por lo menos. La idea no es literal, hablar mal solo de los celulares, o caer en el cliché de ‘todo tiempo pasado fue mejor’. Más bien circula ante las nuevas maneras de relacionarse, sobre las nuevas violencias, vigilancia, control, enajenación, ansiedades, depresión, represión, individualización”.
Todos esos conceptos se pueden observar a simple vista en las fotos de Juan, quien ha puesto ojo y ha podido materializar esa sensación de enajenación y extrañez que rodea a un tiempo que se divide a parte desiguales entre lo real y lo ficticio. Y para finalizar, Juan nos deja una reflexión sobre su trabajo fotográfico, el cual compartimos como una manera de reinterpretar la realidad y comprender los nuevos procesos que la atraviesan: “Es simplemente es una interpretación, nunca estuvo la intención de dar una mirada fatalista del mundo, menos de la época; solo intentar comprender, repensar, relacionar eso que a uno le pasa. Como hoy es así, mañana puede ser de otra manera.
Basta seguir construyendo nuevas maneras de relacionarnos, más empáticas, generar redes, nuevos vínculos con lxs otrxs, con otros hábitos, siempre de manera colectiva y no individual. Corrernos de todo intento de simplificar la vida en un individuo. Siempre ponerlo a conversar con un todo. Los cambios individuales sirven poco, no alcanzan para modificar una matriz sistemática que nos excede”.
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