Clapper txt_Matias San Martin_Dic_2018
Cuando las minorías históricamente oprimidas toman consciencia de su opresión tienden a rebelarse. Allí es cuando pensamientos coloniales y de época quedan vintage. Se convierten en poco representativos y políticamente incorrectos ante una sociedad global cada vez más contemplativa y menos radical. Esto sucedió en India.
Cinco fueron los magistrados que frente al Tribunal Supremo declararon mediante unanimidad la despenalización de la homosexualidad. Lastimosamente las relaciones y vínculos homosexuales entre dos hombres o dos mujeres estaban castigados con penas que iban desde los 10 años hasta la perpetuidad.
El escenario legal que asoma y se presenta en este territorio contempla no sólo despenalizar sino respetar derechos humanos fundamentales en pos de una igualdad a la que se intenta alcanzar. Dimensionando de un modo más profundo el rechazo homosexual en el mundo, veamos esta “geografía de la homofobia”.
India se convierte en el país número 124 en despenzalizar la homosexulaidad. Mientras que en 71 países restantes la misma es penada con cárcel y en 13 de ellos con pena de muerte.
Apartando lo socialmente positivo del exterminio de marcos legales arcaicos, la corriente inclusiva llegaría a incrementar la economía. Esto se debe a que sectores del sector público y privado tienen la posibilidad de sumar a sus equipos de trabajo miembros de la comunidad LGBT, ampliando los mercados laborales existentes. Sumado a esto bares y discotecas cercanas al movimiento homosexual, tendrán la chance de abrir sus puertas sin persecuciones policiales ni judiciales.
Cientos de personas festejaron frente a las puertas del tribunal la sentencia definitiva. Carteles, banderas y pancartas acompañaron a un colectivo ahora libre y celebrando que la historia y el mundo ahora están de su lado.