Clapper txt_GEORGINA MONFORTE_Sep_2019

Clapps!_¿Cómo decidiste fundar “Formarte” y qué se propone actualmente la academia?

Mariano Oliveri_ Formarte surge de la necesidad de transmitir una pasión, creo que todos estos espacios de formación surgen por la misma razón. Hace muchos años, el primer proyecto de escuela fue en el año 2001, un año muy difícil, de hecho el primer día de clases éramos cuatro profesores y cuatro alumnos. Tantos años después, gracias a Dios el proyecto ha funcionado. Nos proponemos formar y dotar de herramientas a personas que quieran aprender el arte de actuar para que su pasión no quede en una idea o un hobby y que transcurran los cuatro años en formarte con la posibilidad de poder trascenderlos para generar sus propios contenidos, espacios de actuación, sus propios grupos de teatro o aprender simplemente como insertarse en el medio que en Rosario es bastante más complicado que en Buenos Aires.

Clapps!_Hace más de diez años que te desempeñas en las artes escénicas y has sido reconocido por tu trabajo en varias oportunidades, ¿Qué aspectos buenos tiene Rosario para hacer Teatro?

Mariano Oliveri_Los aspectos positivos, son muy positivos, sobrepasan a los aspectos negativos, son las personas, Rosario es una cuna de gente muy apasionada, muy talentosa y muy soñadora. Los estudiantes de teatro de alguna forma persiguen una utopía y en algún momento a partir de que tienen herramientas, empiezan a buscar la forma de concretar esa utopía. De ahí surge la posibilidad de hacer estas producciones porque te sentís acompañado, porque sabes que en esa locura no estás solo. Eso es fundamental, sin eso no habría manera, por más que tengas la mejor infraestructura, la mejor capacidad de producción con la que puedas dotarte, sin ese recurso humano sería imposible. En ese sentido creo que realmente estamos en ventaja con respecto a Buenos Aires, en Rosario el actor busca actuar, al no estar todavía trabada la idea de una industria teatral, el actor, estudiante o persona que le gusta el teatro se desvive por actuar y va en busca de ese sueño casi con los ojos cerrados y sin medir consecuencia, por eso surgen locuras como hacer “El jinete” una producción de este tamaño en una situación económicamente tan adversa.

Clapps!_¿y cuáles son los aspectos malos según tu experiencia?

Mariano Oliveri_Como aspecto negativo puedo mencionar que no hay infraestructura lo cual hace que el perseguir ese sueño se nos haga un poco más costoso, acá, en Rosario, no hay productoras que busquen proyectos, los teatros comerciales son pocos, son cuatro, entonces para un grupo teatral de cuatro o cinco personas, tal vez una sala n capacidad para 80 o 90 espectadores les quede pequeña si es que buscan generar un volumen de público mayor, tal vez una sala como El Mateo Booz que tiene capacidad para 600 espectadores les queda demasiado grande. Es difícil encontrar ese equilibrio, son pocas las salas para la cantidad de propuestas que hay, no en cantidad sino en funcionalidad para las diferentes propuestas. Cuando hablo de falta de infraestructura pienso que tampoco hay revistas o programas de televisión masivos que se dediquen al espectáculo como si hay en Buenos Aires, lo cual significa que no se genera ninguna figura local, entonces la venta de entradas tampoco está garantizada para decirlo de alguna forma. Uno sabe que en Buenos Aires se producen espectáculos que están sostenidos comercialmente por figuras y acá eso no sucede porque no hay un medio que sostenga a las figuras. A veces el espectador de espectáculos tiene que hurgar para ver que hay en cartelera para poder informarse y nosotros como productores tendremos que aprender a difundir nuestro trabajo y ser creativos para eso.

Clapps!_En cuanto al teatro independiente: ¿Cómo es producirse y autogestionarse para poder mostrar lo que hacen?

Mariano Oliveri_Formarte es un espacio que genera recursos para poder producirse, no es teatro independiente puro, pero en el 4° nivel de adultos de la escuela hay un trabajo práctico en el que los alumnos deben producir su propio espectáculo y deben conseguir ellos los recursos para llevarlo adelante y hacer una pequeñísima temporada y puedan empezar a experimentar el hecho de hacer teatro desde cero y de manera independiente. Creo que si hay ganas y convicción de que se puede hacer, la pasión es imparable. Autogestionarse es ver con qué recursos contás y hacerlo con eso. Soy de la idea de que si la obra es buena, no necesita de una gran producción detrás, si la tenés, mejor, por supuesto. Si tenés un buen libreto, una buena interpretación, una buena dirección; el espectador va a ver un buen espectáculo y va a pasar un buen momento. Si un grupo independiente no llega a la sala que quería estar o no tiene el nivel técnico de puesta en escena que quería tener, no creo que eso haga deslucir su trabajo, creo que todo se puede hacer de cualquier manera. Hacer teatro es una convicción, no necesitas dinero para poder hacerlo.

Clapps!_¿Cuál es la propuesta escénica de la renovada obra “La leyenda del jinete sin cabeza”?

Mariano Oliveri_La leyenda del Jinete sin cabeza propone en esta versión una experiencia donde desde lo visual se trata de generar la idea de terror. Un terror que no está dado por los sobresaltos, no es el terror de sustos, de gritos o música fuerte que sorprenden al espectador y y que simplemente por estar sorprendidos van a saltar de su butaca. Es un terror psicológico que tiene apoyatura en lo visual porque la puesta en escena, la música y la historia en sí misma es de terror que tiene aspectos sobrenaturales y lo visual contribuye totalmente a generar esos climas, espacios, tensiones y sensaciones. La historia transcurre en dos espacios temporales, usamos una especie de filtro para separar al espectador del escenario donde el espectador queda literalmente a ciegas, no es un blackout sino una cortina de luz la cual lo invita a trasladarse de un espacio a otro. De pronto estamos en un presente propuesto que es en un loquero, en una celda donde una mujer empieza a contar una historia que en principio aparenta ser parte de su propia locura y nosotros nos metemos en la mente de esa paciente que se niega a revelar su nombre e invitamos al espectador a transitar por los diferentes momentos de esa historia. Lo técnico nos permite modificar inmediatamente, en cuestión de segundos, un espacio de otro. La gente en un abrir y cerrar de ojos va a estar en esa celda y de pronto va a estar en un bosque, en el medio de un pueblo aislado del resto del mundo, en una iglesia o en una sala de baile antigua donde se lleva a cabo un casamiento. Eso transcurre en un espacio de tiempo que no supera los tres segundos. El dinamismo que logra la historia al poder ser contada con esta velocidad contribuye mucho al vértigo que tratamos de imprimirle al libreto, a los movimientos musicales y demás. Esta gran renovación que tiene “La leyenda del jinete sin cabeza” este año pasa mucho por el ritmo, por la dinámica y creo que los climas están mucho más logrados que en versiones anteriores.

MARIANO OLIVERI (FORMARTE)

Clapps!_La leyenda del jinete sin cabeza propone una búsqueda de la verdad, en ese sentido ¿se asemeja a obras tuyas como “Traición y muerte en pichincha” o “Éxodo”?

Mariano Oliveri_”La leyenda del jinete sin cabeza” propone la búsqueda de la verdad desde un punto de partida que desde los ojos de su protagonista es absurdo. Lo que esta persona está buscando es una especie de asesino en serie y se encuentra que en el lugar las posibles víctimas de este asesino le piden que se vaya porque tiene que buscar es a un enviado del diablo que los está castigando siendo degollados por este jinete sin cabeza, entonces hay dos búsquedas: una que tiene que ver con la Fe y las creencias sin necesitar ningún tipo de pruebas y la otra mirada es la búsqueda de lo empírico, encontrar pruebas que refuten la idea de esa Fe. Se encuentran el escepticismo y la Fe muy arraigada de esta gente, empieza a haber una lucha a muerte, encarnizada, que se va contando de manera paralela a la historia. “Traición y muerte en Pichincha” o “Éxodo” mostraban una realidad desde el principio, una verdad sin medias tintas y de manera muy cruda. No hay coincidencias en la forma de contar la historia tanto que en “La leyenda del jinete sin cabeza” se propone un juego, primero el de adivinar quién es el personaje que está contando esa historia, el de adivinar si esa historia realmente sucedió y el de ver si esos crímenes que se han cometido fueron por parte de un asesino o por un enviado del diablo. Todo se revela al final.

Clapps!_¿Cuáles son las expectativas para las funciones en el Mateo Booz (San Lorenzo 2243) todos los sábados de septiembre a las 21:30hs?

Mariano Oliveri_Las expectativas siempre son las mejores un poco por perseguir un sueño más allá de cual sea la situación en la cual uno piensa producir, si vamos a los números fríos la situación es adversa, pero las expectativas son las mejores. Deseo que se repita el éxito que tuvo la “Obra de vampiros” el año pasado, deseo que “La leyenda del jinete sin cabeza” le haga pasar un gran momento al espectador y creo que así va a ser porque es un espectáculo que realmente vale la pena ver. Deseo que el espectador entienda y valore (creo que así va a ser) el hecho de haber puesto entradas súper accesibles para un espectáculo de semejante magnitud y queremos que el Mateo Booz se llene todos los sábados a las 21:30 con este espectáculo.