Clapper txt_EUGENIA MICHIELS_Jun_2019
Kümei es una fotógrafa rosarina que se dedica a la fotografía analógica, y más específicamente a la estenopeica y la solarigrafía. ¿Nunca escuchaste hablar de este tipo de fotos? En esta nota de Clapps! nos sumergimos en el mundo analógico para intentar atrapar un cachito de tiempo junto a Kümei y sus cámaras/latitas.
Kümei Kirschmann salió de la secundaria para meterse de lleno en la carrera de traductorado de inglés, un trabajo que luego la llevó a recorrer el mundo e instalarse en República Checa, donde decidió dejar todo para dedicarse a la fotografía. Kümei pasó por la Peña Fotográfica, Zona Roja, el Iset18 y la Musto; pero más que nada aprendió haciendo, investigando y creando por cuenta propia. Actualmente esta fotógrafa se encuentra exponiendo una muestra propia, “Delator Solar”, en el Centro Cultural Cine Lumière, donde despliega su trabajo fotográfico dedicado a las solarigrafías. Pero, ¿qué son las solarigrafías?
La solarigrafía, atrapando rayitos de sol
Kümei nos cuenta cómo conoció esta forma de fotografía: “En Zona Roja hacían un taller que se llamaba ‘Taller de procesos antiguos’, que era una manera de hacer fotografías con procesos antiguos, con cianotipia, con albúmina, papel salado, todo ese tipo de cosas. Cuando fui el primer día pensé que iba a ser un grupo bastante grande, pero en realidad éramos otra chica y yo. Ella empezó a contar que hacía un tipo de fotografías, la solarigrafía, que eran fotos que se sacan con latas de energizante, y que justo había traído una para dejarla ahí. Yo no entendía nada, ‘¿Una lata pueda sacar una foto?’. Y le empecé a preguntar cómo era el proceso, me explicó todo, dejamos la lata ahí pegada en un balconcito, y a partir de ese momento me volví loca, porque no podía creer que una cámara hecha con una lata, y sin ningún tipo de objetivo o lente, pueda sacar una foto, y más que nada, una “foto” que muestre el movimiento del sol. Entonces decidí probar en mi casa, hice mi primera latita y bueno, ahí empecé, y me encantó”.
La solarigrafía es una práctica fotográfica que se basa en la observación del recorrido que hace el sol en un período entre tres meses y nueve (el tiempo de exposición puede variar según el criterio del fotógrafx). Combina la fotografía estenopeica y la digital. Kümei nos cuenta que fue inventada por dos polacos y un español, y que en Polonia mucha gente hace solarigrafías, pero acá en nuestro país son muy pocxs lxs fotógrafxs que se dedican a la misma; Kümei es una de ellxs.
“La verdad, lo que me cautivó un montón de la solarigrafía fue la sorpresa de que a partir de una lata o algo tan simple se pueda crear una foto, sin tener ningún tipo de objetivo ni lente, ni nada de eso. También lo que me llamó mucho la atención es que es una sorpresa en todo sentido, porque vos podés dejar una lata mucho tiempo, pueden salirte o no las fotos, se pueden mojar. Los tiempos de exposición pueden ser de días, no hace falta que sean meses o años, pero la verdad es que el resultado con meses de exposición es mucho mejor, más notorio, más lindo” nos cuenta Kümei, y agrega: “Me ha pasado que se me mojaron mucho los papeles adentro de la lata, y se empiezan a pudrir; eso también le da un toque un poco más original a la foto. En los espacios públicos siempre me las sacaron y me las tiraron, por eso me es re difícil hacer tomas en el parque. Hay una sola en la muestra que es del parque España, que sobrevivió porque estaba re escondida”.
La solarigrafía, híbrido entre analógico y digital
Kümei va dejando latitas por todos lados y luego de meses, casi años, pasa a buscarlas, retira el papel fotográfico, lo revela digitalmente y se estremece. Ahí…ahí está el recorrido del sol. Puede salir bien o puede salir mal, nunca sabe qué esperar. No espera. Hace.
“Pero eso es lo que me gusta también, es un resultado super inesperado. Y encima, por un lado es un proceso antiguo, pero también mezcla un poco lo digital, porque una vez que uno saca el papel y lo lava, hay que digitalizarlo con un escáner. No se puede escanear más de dos veces porque al recibir tanta luz de golpe se vela el negativo y se pierde, y una vez que ya tenemos la imagen ya digitalizada hay que empezar a editar. Lo que está bueno es que al editar uno puede elegir los colores y también cómo queda la foto, con una misma foto podés jugar muchísimo”.
Kümei utiliza latitas de gaseosa o cerveza para hacer las cámaras para hacer sus solarigrafías, porque éstas son resistentes a las condiciones del clima. La solarigrafía se puede hacer con cualquier envase que se banque la intemperie. Si es opaco y no deja que entre la luz, sirve.
La solarigrafía, lo perfecto de lo imperfecto
Las fotos que Kümei expone en su Limbo y en la muestra “Delator Solar” tienen un aspecto muy poético: rescatan lo bello de lo imperfecto. Reflejan la paciencia en un mundo movido en el que queremos los resultados ya; ya, ya, ya. Cuanto más mojadas, estropeadas o arruinadas estén las cámaras/latitas de Kümei, más hermosas salen sus solarigrafías.
“Me encanta la imperfección. Me encanta esa sorpresa de abrir la lata y ver qué hay. La primera lata que abrí le había entrado un montón de agua, estaba completamente destruido el papel, y medio como que me bajoneé porque pensé ‘uy, bueno, se debe haber borrado todo, malísimo’. Lo había dejado un montón de meses, eran como nueve meses me parece. Y después cuando la escaneé a esa misma foto salió increíble, de hecho es una de mis favoritas, porque todo eso que se produjo en el papel, de que se desintegró y que se salieron algunas capas del papel hizo que quedara un efecto muy sarpado en la foto” dice Kümei.
La solarigrafía, latitas desperdigadas por el mundo
Kümei crea sus propias cámaras, como dijimos antes, con latitas. En total hizo ochenta cámaras, de las cuales muchas están todavía desperdigadas por lugares, cumpliendo su ciclo solar. A muchas se las robaron, muchas se las tiraron, muchas salieron mal, y muchas siguen puestas en su lugar, esperando. Kümei, en sus viajes por Europa, dejó latitas escondidas en rincones del mundo. En su muestra, “Delator Solar”, aparecen tres fotos tomadas en el viejo continente.
Respecto de la creación de sus cámaras, Kümei nos cuenta: “La gran mayoría de las cámaras que yo hice tienen un solo estenopo, pero, por ejemplo, hay una en la muestra que tenía tres estenopos. Yo flasheaba que iba a salir panorámica, y no. Por cada agujerito se refleja ‘la misma imagen’, entonces la imagen queda repetida tres veces, o la cantidad de veces que vos agujerees la lata. Se puede jugar con un montón de cosas, se pueden poner espejos que reflejen y otras cosas; de hecho, en algunas había agua y se reflejaban los rayos también”.
La solarigrafía, el estremecimiento de la sorpresa
Le preguntamos a Kümei con qué palabra describiría el sentimiento o la sensación que le generan las fotos de su Limbo, y ella dijo que la estremecen.
“Las fotos cuando las veo me hacen estremecer. Sé que esa palabra tiene una connotación medio negativa, pero realmente me hacen sentir eso. Es mucha emoción, mucha ansiedad guardada. Cuando las abro es eso, es una emoción de querer ver qué salió, qué no salió. Me estremecen; al igual que las estenopeicas. Creo que sigue siendo el mismo sentimiento que tuve desde el primer negativo que revelé en la Peña cuando tenía diecinueve años, y eso fue hace un montón”.
Kümei, en su Limbo, nos muestra una combinación de fotografías estenopeicas y solarigrafías, las dos prácticas fotográficas que llenan sus días y a las que les dedica su tiempo. Un tiempo efímero que intenta captar en sus fotos.
“El tiempo no se puede agarrar, nosotros vivimos bajo la opresión del tiempo, todo apurado, el capitalismo y todo eso” (se ríe). “A partir de las solarigrafías de alguna manera se agarra el tiempo, porque se ven los rayos del sol, y los rayos del sol significan movimiento y tiempo. Y me gusta esto de que cada camarita agarró un poquito de tiempo y nos lo muestra después cuando vemos la foto”.
Kümei dejó una latita en un semáforo en la esquina del Centro Cultural Cine Lumière, donde está su muestra, la que va a sacar y revelar una vez finalizada la misma. “Va a ser como la medición de lo que duró la muestra, pero con una foto”. De esta manera Kümei logra agarrar con la mano, con la punta de los dedos, estirados, así… atrapando un cachito de tiempo.
Info: Podés visitar la muestra “Delator Solar” en el Centro Cultural Cine Lumière (Vélez Sarsfield 1027)