Los 8 de marzo son especiales. De una forma u otra, todos quedan interpelados por una conmemoración que fue mutando en su significado a lo largo del tiempo, pero que nunca es indiferente. Ya sea con el derecho al voto hace varias décadas, contra los femicidios o con el derecho a parar para salir a la calle, el 8M nos interpela a todos.
WE CAN DO IT
Depende la interpretación, existen distintos hechos que se reconocen como origen de esta fecha. Se habla de las 129 obreras textiles de la fábrica Cotton en la Nueva York de principio del siglo XX, que fallecieron en un incendio mientras protestaban por las condiciones de trabajo a las que eran sometidas. También hay quienes lo vinculan directamente con la protesta de las mujeres rusas en 1917 por los soldados muertos en la 1º Guerra Mundial o con la declaración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora impulsado por Clara Zetkin.
La realidad es que resulta innecesario buscar el antecedente directo, eran las condiciones de vida llenas de trabajo, sometimiento y poquísimos derechos los que provocaron que esta fecha se convierta en sinónimo de lucha a nivel mundial. Y si se revisan las estadísticas actuales, hoy en 2023, sigue siendo por lo mismo.
SI PARAMOS NOSOTRAS, SE PARA EL MUNDO
En 2017 y con un movimiento de mujeres cada vez más organizado a nivel internacional, y con Argentina como modelo en todo el mundo con hitos como el #NiUnaMenos o la campaña por la legalización del aborto, se realiza el primer Paro Internacional de Mujeres. ¿Para qué? Para demostrar que si ellas, incluso en sus trabajos mal remunerados, en su hogar, no reconocidos o deslegitimados, el mundo se detiene. Y así fue, y así volvió a ser hoy. Hoy Rosario fue un gran epicentro, con miles de mujeres que volvieron a hacer del Monumento a la Bandera un lugar de protesta.
Se puede decir mucho sobre esta fecha, pero siempre queda en claro que no es un día feliz. En las redes sociales empezaron a viralizarse frases en tono cómico como “si te regala flores, salí de ahí”. Un chistecito, o no. El 8M es conmemoración por todo lo que se logró (y su costo) y lucha por lo que falta. Los bombones ahórrenselos, mejor vean y aprendan como se cambia el mundo.