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Se acerca la primavera en nuestra ciudad, y con ella el tiempo ideal para realizar ejercicios en los distintos espacios naturales que ofrece Rosario. Si bien cualquier estación parece generar el mismo impulso de moverse, es en la época de las flores cuando la mayor parte de la sociedad decide armarse de voluntad y salir, al menos, a disfrutar el paisaje. Con todo esto, es interesante conocer qué beneficios aporta el ejercitarse en esta condición.

Ya sea una simple caminata, trotar, correr, o la realización de algún deporte implique mayor intensidad y disciplina, la actividad física proporciona muchos aspectos positivos para el cuerpo humano, en lo externo al mismo, y también, quizás más importante aún, en lo mental. Si se le agrega el plus de realizarla en el esplendor de la naturaleza bajo condiciones favorables, mejor todavía. Las excusas quedan en un segundo lugar.

Actividad física al aire libre, longevidad 

La relación entre el aire libre y el ejercicio ayuda en gran medida a quien lo practica. Para empezar, el tener la posibilidad de estar en espacios verdes está asociado a la longevidad y disminución del riesgo de enfermedad mental, por lo que cualquiera que pueda aprovechar la oportunidad cuenta con esa ganancia. Además, hay menor sensación de fatiga, ya que el contacto con el medio ambiente provee a nuestro sistema nervioso de diversos estímulos agradables que sirven de distracción y reducen la conciencia sobre las sensaciones fisiológicas o emociones negativas. Esto puede ayudar a aumentar la cantidad de actividad física realizada y la motivación para continuar.

Actividad física al aire libre, presión arterial en los valores deseados

Después del ejercicio en espacios verdes, la presión arterial vuelve a los valores de base más rápidamente que cuando se realiza en zonas urbanas u otros lugares.  El beneficio para la salud psicológica es inmediato, ya que los primeros cinco minutos de ejercicio “verde” tiene el mayor impacto en el estado de ánimo y la autoestima.

Además, mejora el manejo del estrés. Los marcadores endocrinos relacionados con el estrés como la adrenalina, noradrenalina y cortisol, caen después de estar en contacto con la naturaleza. Por lo que es muy recomendable, sobre todo para las personas que vuelven de jornadas cargadas en el trabajo y tienen la posibilidad de realizarlo.

También promueve la creación de vitamina D, que en bajos niveles se asocia con la obesidad. Se trata de una vitamina que el cuerpo produce cuando la piel se expone directamente al sol y que fija el calcio y el fósforo para la formación de los huesos. El ejercicio al aire libre protege a las personas con sobrepeso de hipovitaminosis D.

Actividad física al aire libre, running y bicicleta 

Para los fanáticos del running también hay rédito, ya que cuando se corre al aire libre, los pasos son diferentes: se flexionan más los tobillos, hay más posibilidades de correr en pendiente (lo cual genera un movimiento que no es fácilmente replicado en una cinta), y se gasta más energía al resistir a factores como el viento y las irregularidades del terreno.

La bicicleta es otra alternativa que da sus frutos. Al andar en la misma, el presentar resistencia al viento también consume mucha más energía que andar en una bicicleta fija. Si el objetivo es quemar la mayor cantidad de calorías posible, el parque le gana al gimnasio, lo que no le quita méritos a esto último, simplemente los beneficios son distintos.

Como se ve, las posibilidades de realizar actividad física al aire libre son varias y diversas, y cada una proporciona ventajas para quien la practique. Siempre y cuando el cuerpo lo permita, es una experiencia más que aconsejable, ya sea en familia, pareja, con amigos, o solo también. El ejercicio en espacios verdes constituye una parte fundamental para la salud humana, aprovecharlo está en cada uno.