Clapper txt_Alida Konekamp_Abr_2019
“Leyendo poemas (que a veces entiendo con una parte de mi que no es la razón) he sentido que eso es escribir, que lo demás es un noble intento de lucha en el barro” – Leila Guerriero.
Juan Pedro Rodenas se reencontró con la literatura en la segunda parte de su vida. Al mirar para atrás se acordó de los que fueron sus sueños, entre los que estaba, escribir un libro. Revivió su paso por las librerías y bibliotecas de su infancia, su interés por la lectura y el amor por los libros. Su deseo de aprender lo llevó hasta el taller literario del escritor rosarino Marcelo Scalona y fue ahí donde descubrió un mundo nuevo. En esos encuentros dialogó con escritores y poetas de todos los tiempos. Se apasionó por la lectura, escribió sus primeros versos y ya no hubo vuelta atrás.
Juan Pedro Rodenas, cómo llega a la escritura
Juan Pedro perdió a su hermano y esa fue una de las primeras heridas en las que indagó. Trató de comprender el dolor de esa muerte anticipada, inesperada e injusta, escribiendo, borrando y recortando la decena de poemas que le dedicó. Se cuestionó sobre el deseo, la fe, la infancia, la convivencia, la paternidad, la rutina, la queja, la pasión y el fútbol. Sobre todo eso reflexionan los poemas de Jugaba Solo. Sus versos son sencillos, contundentes y operan como una flecha que va de corazón a corazón. Cumplen una función solidaria: el lector puede apropiarse del proceso creativo y hacer frente a sus propios fantasmas.
El poema que da título al libro cobra vida en la casa de calle Mendoza, donde Juan creció y que hoy no es más que un baldío. Observarla durante largos ratos, desde el auto detenido con las balizas puestas, lo transportó a esa infancia feliz, cuando jugaba solo en el jardín trasero, mientras los grandes dormían, a la hora de la siesta. En conversación con Clapps! el abogado y poeta rosarino, habló sobre el papel de los libros en su vida y sobre esta nueva faceta como escritor, previo a la presentación de su primer poemario, el próximo sábado 13 de abril a las 18 hs. en el bar El Cairo. También estará presente en la Feria Internacional del Libro de Rosario y de Buenos Aires.
Clapps!_¿Cómo te relacionabas con los libros en tu infancia? ¿Cómo empezó este amor por la literatura?
Juan Pedro Rodenas_No puedo decirte que nací en una casa llena de libros, esa no es la respuesta en mi caso. Pero tengo dos recuerdos puntuales de cuando era chico que no me olvida más. El primero, que me encantaba leer. Me acuerdo de que me sentía orgulloso de cómo leía, me fascinaba leer en voz alta. El libro de mi infancia fue sin dudas “Los Cuentos de la Selva”, me encantaba. Y lo segundo, recuerdo que me encantaban las bibliotecas. A la del colegio iba seguido, me sentaba un rato y hojeaba los libros. Y cuando me preguntaban qué quería ser cuando sea grande decía: jugar al futbol, vender golosinas o tener una librería. No salí de una casa de literatos, pero sí tenía mucho interés por leer. Y tengo una anécdota de los 17 años, cuando me quedé a cuidar a un tío abuelo un fin de semana y el me preguntó qué iba a hacer durante ese tiempo y mi respuesta fue: “voy a escribir un libro”. Se ve que el gen de todo esto estaba en mi hacía tiempo. Él tenía una biblioteca fabulosa, estar ahí en presencia de todos esos libros para mi ya era suficiente. También jugaba al fútbol, muchísimo y al tenis y salía a bailar con mis amigos. Pero si, definitivamente, tenía una atracción por los libros.
Clapps!_¿En qué momento empezaste a escribir?
Juan Pedro Rodenas_Yo tenía un equipo de fútbol en el Club Provincial, un equipo de veteranos. Jugábamos tan mal que perdíamos todos los partidos. Así que una vez decidí hacer un blog con los relatos de los partidos sin que nadie supiera que era yo. Cada relato estaba lleno de anécdotas y chistes. Después de eso, un día dije por qué no escribo un cuento y empecé y ahí caí con Marcelo.

Clapps!_¿Cómo surgió este deseo por aprender sobre autores y géneros literarios?
Juan Pedro Rodenas_Mi mujer es una gran lectora y empezó a compartirme algunos de los libros que leía, después los comentábamos. Me enganché muchísimo, tanto que empecé el taller literario con Marcelo Scalona y fui durante casi cinco años. El me enseñó a leer, me mostró un mundo nuevo, fue muy generoso.
Clapps!_Y en ese salto de la prosa a la poesía, ¿te acordás de algún autor en particular?
Juan Pedro Rodenas_Carver. Yo no lo conocía y me encantó. Después aprendí de los poetas clásicos, pero Carver me mostró una poesía distinta. Porque uno cree que la poesía se trata solamente de los poemas de Becker y no. Otros piensan que escribir poemas es escribir cartitas de amor y no, eso es otra cosa. La poesía tiene mucho que ver con hacerse preguntas. Es compleja. A veces empiezo con una idea, la escribo y el resultado final muchas veces no tiene nada que ver con esa primera idea. Porque empiezo a recortar y a editar y me encuentro con palabras que no suenan. Eso es lo que llaman la música del poema: esa musicalidad que no es la rima ni la música de un instrumento sino la caja de resonancia que tiene cada palabra.
Clapps!_Por eso algunos de tus poemas tienen apenas tres versos y son efectivos, directos…
Juan Pedro Rodenas_¿Pero ves que son una pregunta y una respuesta? Eso es la poesía, está ahí, pero se tiene que descubrir, como dice Fabián Casas en el discurso en el que recibe el premio Anna Seghers en Berlín. No hay una musa inspiradora. Hay un poema de tres versos que es sobre mi hija. Una noche estaba en casa leyendo y caí en la cuenta de que ella podría pedirme cualquier cosa porque, ¿qué no haría yo por ella? Ahí es cuando la pregunta pasa a la hoja, pero después hay que trabajarla. Por eso me gusta la poesía, porque tiene magia. No siempre lo que queres decir es lo que el otro interpreta. Y eso permite una cierta intimidad y una función solidaria con el que lee.
Clapps!_¿Y qué es lo menos satisfactorio de escribir poesía?
Juan Pedro Rodenas_A veces te genera preguntas que no queres hacerte y destapas heridas que no cicatrizaron. Hay uno de los poemas tiene que ver con mi hermano, que es sobre un perro que aúlla y que escribirlo me dolió en el alma. Pero al mismo tiempo me ayudó a lidiar con ese dolor y siento que se lo regalo a la gente. Porque ese poema que empezó siendo para mi hermano, ahora está en el libro y no es más mío. Alguien me preguntará por qué 12 de junio, otro pondrá la fecha que le cierre en su propia historia. Es un cable a tierra, no me cura, pero me ayuda a soltar.
Clapps!_¿Cómo fue la selección de los poemas?
Juan Pedro Rodenas_El disparador principal fue la casa donde me crie. Verla en el estado en que está ahora, caída, me despertó muchas cosas. Por otro lado, la pérdida de mi hermano. Y después, la relación con los chicos, con mi mujer. Como soy creyente, también hay dos o tres que tienen que ver con la eternidad. Y por último lo social, la queja, los problemas del país. Así lo seleccioné, probé y me gustó.
Clapps!_Hablás también del placer de esos años dorados, de lo que fue y ya no es…
Juan Pedro Rodenas_El poema del que surge el título del libro“Jugaba solo” tiene la misma filosofía que la canción “Reloj de plastilina” de Charly García y yo no me había dado cuenta hasta que me lo dijeron. Cuando vos sos chico, el tiempo es otro. Todo dura más y vos pensas que el mundo va a ser de una manera y hoy, cuando paso por la casa de mi infancia y miro para atrás, me doy cuenta de que mi vida no fue como la soñaba en ese momento. Pero en ese mirar para atrás volví a los que fueron mis sueños y así recordé mi pasión por los libros. Ahora los tengo y me los devoro, pero en otra época me hacía feliz el solo hecho de tenerlos cerca. Una vez vino al Colegio San José el poeta rosarino Gary Vila Ortiz y habló de su pasión por los libros, que tenía libros por toda la casa y que a veces se quedaba sin plata por comprarse libros y más libros. El otro día hablando con mis compañeros, nombré esa visita y ninguno se acordaba. Y a mi me marcó tanto que hay un poema que está dedicado a él.
Clapps!_Recibiste premios por tus poemas, ¿cómo sumaron esos reconocimientos en tu carrera?
Juan Pedro Rodenas_Mandé un par de poemas, porque alguien me dijo mándalos. Elegí dos que me gustaban, preparé el sobrecito, la hoja con todos los detalles, el seudónimo y lo envié. Un día me llamaron para decirme que me habían elegido y para mí fue como ganarme la lotería. Es un mimo. Hay alguien que te dice no está tan mal lo que haces, a lo mejor no sos muy bueno, pero no está mal.
Clapps!_Si tuvieras la oportunidad de mostrarle tus poemas a cualquier escritor del mundo, ¿a quién elegirías?
Juan Pedro Rodenas_A Cheever. Me siento muy identificado con el por los temas que toca. Su introspección, su realidad, su descripción del estereotipo norteamericano con todas las exigencias sociales y económicas y su otro mundo paralelo, más sensible. Me enfrentaría a que me rechace, sin dudas, porque somos perdedores y no estaría mal, de los fracasos se aprende.
Clapps!_¿Cómo te imaginas que sigue esto?
Juan Pedro Rodenas_Creo que pasa más por seguir leyendo. Complacer esa necesidad que tengo de seguir buscando y aprendiendo de los demás y de mi, también. Y si puede haber un segundo libro, mejor, ahora ya me animé.
Clapps!_¿Cuál sería tu consejo para alguien que escribe, pero no se anima a mostrar su trabajo?
Juan Pedro Rodenas_Que salte el umbral, que lo muestre, porque de verdad está bueno. –