Clapper txt_Matías Querol_feb_2018
Muchas de las canciones de Hello Seahorse! apuntan a transmitir un sentido dramático pero sin apelar al abuso de golpes bajos o sentimentalismos, sino más bien a partir de una sobriedad artística que llena de admiración. “Casa vacía”, de su álbum Lejos, no tan lejos (2010) es una de las canciones que expresan con hondura el drama existencial femenino de abandonar una casa cargada de secretos y recuerdos dolorosos. Aquí repasaremos la estética ByN presente en su exitoso videoclip que fue punta de lanza como adelanto de su álbum.
«Casa vacía”, voz soprano de Denise Gutiérrez como eco del pasado
«Casa vacía”, mismo título que la canción de Charly García en su álbum Say No more (1997), abre musicalmente con programaciones de batería y un teclado que ejecuta un riff repetitivo que tiñe de nostalgia la canción. Cuando hace su ingreso la voz soprano de Denise Gutiérrez, llama la atención gratamente cómo la misma parece ecualizada en un plano sonoro ligado a un tipo tradicional de canción, conservando el fraseo de su voz y el tono dado a la interpretación vocal como si fuera una cantante de tango de los años ´30. Este tono de la voz, que retrotrae la memoria emotiva a los años dorados de la música tradicional- y previos al surgimiento del rock como fenómeno cultural- acaso pueda estar sintonizar con el ByN elegido en las imágenes del videoclip.
«Casa vacía”, cuerpo de la mujer/ByN inmóvil en una cama
La primera imagen del videoclip es una biblioteca vista de frente en la que el oyente/espectador percibe cómo los espacios vacíos ejercen un peso sustancial en la composición del plano. A un costado, cajas apiladas con papeles desordenados muestran el momento de transición entre una casa que fue, y ya no es, cuyas paredes de la habitación ya no contienen como “guarida” a esa mujer impersonal que la habita. El sentido de extravío del lugar en la que está la protagonista, recostada inmóvil en su cama y siendo atravesada por haces circulares de luz, se vuelve un momento de tensión por no saber cuándo será el momento preciso de tomar coraje y movilizar las energías para el cambio.
«Casa vacía”, pared resquebrajada y la llegada del color
La primera parte de la canción- en la voz de Gutiérrez narrando en primera persona su vivencia- está en un tiempo futuro (final feliz) en relación a las imágenes del videoclip que exhiben con mínimos y ricos detalles descriptivos un tiempo lento y pesado de la casa vacía; antes de ser abandonada. La voz narra el futuro feliz de una nueva casa, ”Las paredes de esta habitación comienzan a cobrar vida, después de parecer perdida, esa casa que fue mi guarida, ahora tiene olor a vainilla”(…). En este punto, la voz de Denise Gutiérrez está adelantada en el tiempo a las imágenes del videoclip que describen en sí mismas el tiempo lento e insoportable de una espera sin fin en un presente. Es más, las imágenes de unos engranajes mecánicos gigantescos en funcionamiento acentúan el paso lento del tiempo de su espera.
La presencia del ByN como color dominante le dan al oyente/espectador la sensación de que esa casa está muerta; sin las cosas materiales que la puedan re-vivir desde la identificación personal. El plano detalle de la pared resquebrajada, que sucede a la imagen del primer plano del rostro de la protagonista meditabunda, va en línea con ese sentimiento angustioso que transmite la desolación de una casa vacía.
«Casa vacía”, mujer que se encuentra en la acción
Un punto fuerte y sumamente rico para el análisis estético del videoclip es cuando el color aparece súbitamente en las imágenes, desprendimiento de un micro-relato (de color y vida) dentro del relato general dominado por el ByN-muerte. La imagen del cuerpo de la mujer protagonista por primera vez se vuelve al color y representa cómo el cambio (metaforizado en haces de luz que invaden y viajan por su piel) atraviesa el alma de una persona dispuesta a dar el golpe de timón. Por primera vez la mujer mira a la cámara y la instrumentación se corre de la base original como pre-anuncio del estribillo que motoriza una acción transformadora y radical. «Yo dejo casa vacía, para alejarme del dolor, dejando atrás todos los secretos, esta vez me alejo yo” (…)
«Casa vacía”, al rescate de las cosas con vida
En este fragmento del videoclip la iluminación juega un papel decisivo, ya que vemos cómo la mujer, más allá de su voluntad todavía inmóvil, mira hacia todos los lados y ese mirar (acción posible de dejar la casa) está enmarcada en pasajes graduales de luz a sombra, de la vida a la muerte. Los espejos, las muñecas símiles mamushkas (mujeres dentro de otras mujeres como portadoras de cambios) en el borde la ventana, y los libros, son algunos de los elementos que vuelven al presente ByN. La mujer decide ser protagonista de su propio destino, tomar y llevarse (uno por uno) los elementos de su vida inertes en la casa del pasado atesorándolos para una vivencia de color futura. ”He prometido no volver, y llevarme hasta la última semilla, las flores muertas ya caídas y desaparecer (…)”
”Casa vacía”, collar de perlas como renacimiento de la sensualidad
Otro de los puntos altos del videoclip desde el punto de vista estético es la inclusión de un collar de perlas que la mujer se coloca delicadamente, movimiento que confirma el renacimiento de su brillo personal en pulsión de vida. Los rayos del sol que entran por la ventana y bañan su collar es signo decisivo para dejar atrás el ByN. La resolución del final despierta en el oyente/espectador todo tipo de sensaciones ligadas a las grandes elecciones. Un plano secuencia sin cortes, y provocativamente prolongado, toma de atrás a la protagonista, muestra sus pasos y le da la espalda a la cámara; así como también a la casa vacía como un pasado superado. La puerta se abre, la luz entra, la mujer sale sosteniendo una planta en sus manos para llenar de vida y amor una nueva casa; metáfora de la propia identidad dinámica donde alguna vez llegará para (re)encontrarse.