Clapper txt_Agustín Vargas_May_2018
El director Esteban Trivisonno estrena peli en El Cairo. El viernes 11 se estrena «Tito» a las 20:30 hs, cuyo debut oficial fue en la pasada edición del Bafici. En el film, cinco estudiantes universitarios comienzan el rodaje de un documental autobiográfico del reconocido actor local Tito Gómez (El Asadito y Umbral, entre otros). Todo parece salir bien hasta que Tito comienza a mostrar signos de desvarío, invasión constante y de manipulación a los estudiantes.
Su figura, a medida que avanza el rodaje, se deforma hasta el punto que se pierden los límites de la realidad y la ficción, develando así a un personaje siniestro que se vuelve un villano de su propio film, y que hará lo que sea por convertirse en una estrella. En diálogo con Clapps!, Trivisonno ahonda en la figura de Tito y cuenta cómo se desarrolló la película y la experiencia de estrenar una ópera prima siendo un joven realizador.
Bueno Aires en la presentación
La primera proyección de Tito se desarrolló, nada más ni nada menos, que en el marco de la 20ª edición del festival internacional Bafici, en el que el film fue seleccionado para competir en la categoría Latinoamericana. Un Village Recoleta repleto —luego le seguirían otras dos funciones— fue el escenario en el que director, elenco y equipo técnico, disfrutaron junto al público una presentación soñada. A propósito de esta experiencia, Trivisonno comenta que “fue bastante reveladora y feliz, y nos posicionó de una mejor manera para encarar la distribución de la película. El público fue bastante receptivo, se divirtió un montón. Tuvimos muchísima cobertura en los medios de Buenos Aires que destacaron la comedia y lo lograda que estaba; eso te envalentona a querer seguir buscando público, algo que es dificilísimo hoy en día”.
El nacimiento de un guion
La ópera prima de Trivisonno, quien con sus 29 años cuenta con un largo recorrido en el rubro audiovisual (participando en la realización de largometrajes, miniseries y web), es una comedia en clave de parodia producida por Prometeo Contenidos Audiovisuales, teniendo a Pamela Carlino en producción general, y un equipo técnico y elenco santafesinos. Vale destacar que el proyecto resultó ganador de la convocatoria de Espacio Santafesino 2015, dependiente Ministerio de Innovación y Cultura provincial, en la categoría Largometraje en Producción.
Tratándose de los implicados, el proceso de elaboración del guion no podía estar exento de dramatismo y comedia. El egresado de la EPCTV narra que todo “surgió a partir de un día en el que Tito tuvo una de sus crisis de ansiedad loca y llegó antes (a una reunión). La verdad que no sé qué me pasaba en ese entonces, pero le dije que íbamos a crear una película en la que él destruía a un equipo de rodaje”. A Tito, rápidamente, le encantó esta idea y se puso a total disposición. “Él no intervino en el guion —prosigue el director— esto fue algo que nos pareció bueno porque se dejó llevar; aportó lo que tenía que aportar con su historia de vida, sus conocimientos y su familia; su generosidad traspasó la pantalla”.
Durante el 2015 y del 2016 —año en que comenzó el rodaje, llevándose a cabo en tres semanas— se escribió un guion que si bien no sufriría modificaciones sobre la marcha sí se lo estudiaría para determinar qué cosas podían efectivamente funcionar y cuáles no. “Había muchas cosas que por cuestiones de producción no se podían producir; tuvimos que apelar a otros tipos de recursos, que iban más desde la actuación o desde el ‘absurdo’, o hasta desde lo ‘caprichoso’. El guion cambió hasta pasado el montaje, cuando hicimos la música. Te juro que cuando veo la película ahora siento que sigue cambiando porque es como que muta por más que ya esté terminada”, reflexiona el realizador audiovisual.
Villano de su propia película
Santiago D’Agostino, Martina Liguori, Manuel Melgar, Nicolás Méndez y Kevin Trumper son los actores que se ponen en la piel de los cinco estudiantes de Comunicación Social, que realizan un documental sobre Tito Gómez. Muchos de ellos ya tenían una experiencia compartida con Trivisonno (incluido Tito, más allá de que la presente película fue la que terminó forjando la amistad entre el director y el actor rosarino). El también guionista afirma que se rodeó de gente que “sabía que iba a contribuir y resolver”. “Yo me iba a entregar —agrega— a lo que ellos me iban a proponer y ellos se iban a entregar (a la dirección). La comunión resultó fantástica a pesar de que nadie se conocía actuando con el otro. También fue un desafío ponerlos a actuar con Tito, quien es un gran compañero pero te morfa actuando porque tiene un presencia impresionante. Miro el material y me parece algo milagroso”.
En la película (algunas experiencias de amigos del director sobre la carrera de Comunicación Social fueron útiles) los estudiantes “se están aproximando al lenguaje del cine con una figura reconocida que al mismo tiempo los expulsa del cine; Tito en ningún momento va a contribuir para que los estudiantes aprendan. Es un poco el capricho de poner a un actor venido a menos (en la película) que quiere volver a ser una estrella porque siente que le han quitado un lugar”, señala el joven, quien además asegura que, si bien hay mucho alter ego puesto en los personajes, en lo que más hace hincapié es en marcar ciertos estereotipos que le resultan divertidos como, por ejemplo, “el director con ínfulas que nunca hizo nada, la productora que está todo el tiempo contrariada porque no llega, el guionista que no para de agregar escenas, el sonidista que es sonidista porque no sabía qué hacer y le dieron el sonido, y el camarógrafo y el editor que lo único que quieren es terminar”. “Son estereotipos de los que me río, sé que no son así”, bromea.
Trivisonno aclara que no hubo lugar para la improvisación propiamente dicha y, además, evita rotundamente que su película sea encasillada como un falso documental. “No lo es, es una ficción… Gustavo Postiglione, Héctor Molina, Claudio Perrin, Andrea Fiorino, Raúl Calandra (todos ellos, entre otros, tienen una participación especial en la película) si bien hacen de ellos mismos, están en una clave donde yo armo una fantasía sobre ellos”, ejemplifica.
¿Quién es Tito Gómez?
“Antes que un gran actor, Tito Gómez es un gran ser humano y un amigo”, define Trivisonno, quien en más ocasión insiste en agradecer su amabilidad y la de su familia. En cuanto a lo profesional, el realizador aclara que Tito “fue un compañero excepcional, adora al elenco y está muy contento con la película; vio todos los cortes (yo lo hice partícipe, desde el primero hasta el último) y en ningún momento opinó; él sólo miraba, quería verse. Nosotros pintamos un villano pero es lo opuesto, es un tipazo”.
Ópera prima para un joven rosarino
Clapps!_ ¿Cómo es dirigir una primera película?
Esteban Trivisonno_ Es tortuoso (risas)… El rodaje lo viví con mucho estrés porque teníamos muy poco tiempo para grabar; habíamos hecho un proceso de un año, los actores estaban esperando actuar, estaban todas las fichas puestas; tuve la suerte de contar con una producción fuerte. Esto no se hubiese hecho sin el apoyo del equipo y sin los actores… Creo que la tarea del director es plantear una visión, crear un universo, ver cómo se produce y al mismo tiempo después dejarse y dejar libre a lo que los demás proponen; tomar el cine como un arte colectivo para mí es lo más fascinante porque surgen nuevas visiones. Después hay cosas con la que vos podés transar o no, creo que eso es manejable, siempre se tienen que charlar las cosas. Entonces, mi primera experiencia como director fue más que satisfactoria; esto te envalentona y al mismo tiempo te enriquece para ver cómo encarás la segunda. Siempre pienso que todo lo que viene va a ser mejor.
Clapps!_ ¿Cómo evalúas la producción rosarina? No se da seguido que un joven director de la ciudad estrene una película
Esteban Trivisonno_ Nuestra ópera primera se hizo en su momento con un tres por ciento de lo que valía una película media. Dificultades, todas; aciertos, todos también… Lo que más prima y más debe prevalecer en los jóvenes es no claudicar ante los pormenores. Estamos en una situación nacional devastadora, y para el arte peor porque es lo primero que se recorta. Si nosotros estamos viendo que la gente se está muriendo de hambre, nosotros no podemos salir a filmar películas; o sí, pero con una conciencia. Yo creo que la conciencia es lo que tiene que prevalecer en los directores jóvenes, no pensar que mi película es la mejor del mundo, no pensar que lo que vos vas a hacer va a salvar el país; Tito es una comedia y estamos en un momento terrible, pero bueno… yo busco mi público, hasta donde me dé.
Lo que no nos han enseñado a los directores es a pensar la película también como un todo social, dónde la estoy haciendo, en qué momento, por qué; cuándo nos empezamos a interpelar y a decir “bueno, a ver… mi película, ¿qué es?” Tu película no es nada, tu película es tu película, te va importar a vos. Lo que vos tenés que tratar de hacer es que cuando dejes un mensaje, digas algo mínimamente. Para mí el gran problema que tenemos los jóvenes es que nos creemos que sabemos las mil y una y después terminamos sabiendo la mitad. [Hay que] rodearse de gente, valorar el trabajo en equipo… Está difícil hoy en día mantener un proyecto y desarrollarlo durante cuatro años, creo que muchos no se la bancan y entonces tenemos que recurrir a cuanta estrategia de desarrollo hay, aliarnos con otras productoras, pensar de nuevo nuestra película… El permanente cambio a nivel social que se está dando en el país, o que se da en el mundo inclusive, repercute, nos llega, pero tenemos que estar permeables al cambio. Ayer podíamos hacer cine, hoy nos cuesta más (hoy el Instituto de Cine frena todos los créditos porque lo han desfinanciando).
El factor real nos tiene que servir mucho a los jóvenes directores para ver dónde estamos parados, si tenemos que producir desde otro lado, si tenemos que salir a buscar plata de otro lado, si tenemos que bancarnos desarrollar un proyecto independiente sin cobrar un peso durante cinco años para hacerlo. Son tomas de decisiones que no nos enseñan a tomar en una escuela cine. Por suerte, yo pude trabajar en muchas producciones y sigo trabajando, pero hay pibes que recién arrancan y tienen este ímpetu que por ahí se los termina comiendo, como la serpiente que se come su misma cola.
Recorrido de Tito
El largometraje se proyectará el viernes 11 de mayo, a las 20.30 hs, en El Cairo (las entradas gratuitas se retiran desde las 17 hs el mismo día de la proyección; durante el evento además se presentará el cortometraje El cumpleaños de Mora, de Juan Linch). En el cine público de nuestra ciudad, Tito también se proyectará los días 20 y 26 de mayo (entrada a 70 pesos). Por su parte, hay contactos para que el film se exhiba en dos festivales, siendo el primero en el mes de julio (hasta que no haya confirmación la productora se reserva los detalles). Finalmente, existe la intención de volver a Rosario y presentar la película en ciudades pequeñas y pueblos que están interesados en proyectarla. “Lo que nosotros queremos es que la película sea vista por gente de cualquier lugar”, concluye Trivisonno.