Cuando el objeto se transforma en sujeto de la sociedad
Considerando una concepción cartesiana de nuestra lógica para concebir lo que nos determina, podemos ubicarnos desde una posición racional, expuestos a lo que sucede a nuestro alrededor. Esa sujeción a lo que ocurre en el afuera es casi inevitable, uno tiene el control hasta que camina entre circunstancias que lo atraviesan de pies a cabeza. Queda en la propia virtud sacar belleza del caos, con la premisa de que todo tiempo pasado debe ser recordado, ya que la memoria es el único paraíso del cual no pueden expulsarnos.
Una trama que no necesita contextualizarse, dado que no hay momento histórico de nuestra sociedad que le sea ajena. La protagonización de Naum Said y Nazareno Torres manifiestan las miserias humanas jugando a ser mayores de edad. Divididos por sus posibilidades socioeconómicas, se sumergen en un ida y vuelta entre el juego inocente de dos niños y la radiografía del accionar adulto. “Estos chicos se enfrentan a una sociedad que niega, o que no tiene memoria, producto del miedo, o la negligencia”, apunta el director.
“Trabajar en pro de la cultura y el género humano es muy importante”
A medida que avanza la charla, Roberto Stábile no puede omitir su experiencia de vida, y la injerencia que esta ha tenido en su obra. Rosarino pero radicado en Paso de los libres, donde en el año 1978 apuntaló un grupo de teatro y permaneció durante veinte años.
Perseguido durante la última Dictadura cívico militar en nuestro país, intentó volcar en escena parte de lo vivido en su carrera de artista por aquellos años.
“En el año 1994 me pregunté qué hacía ahí todavía, y empecé a escribir esta historia que tiene que ver con lo que me pasó, trabajar en pro de la cultura y el género humano es muy importante”.
Operación rescate
Veintitrés años de vigencia para una obra que fue incorporando matices, pero que nunca perdió la esencia. “Tampoco quería hacer algo muy personalista, por eso pedí la devolución y el aporte de los actores”, explica Roberto, en esto de haber rescatado una obra que quedó en alguno de sus cajones, y en el afán por volver a dirigir, puso en marcha. En una especie de guiño a Norma Aleandro, con quien supo desandar camino, recogió un comentario que la artista hizo previo a su exilio para titular este trabajo.
Stábile hace hincapié en la contemporaneidad continua de la trama, producto de una sociedad coercionada continuamente. «Algunos tiran, otros caen, las ciudades siguen cayendo, y un niño nace», lírica del flaco Spinetta que caló hondo en la sensibilidad del productor y director de una obra que abraza a la memoria “como algo que le pertenece al hombre que lo ha vivido, que lo ha sufrido, que se lo puede contar a sus nietos”.