Basta recorrer las calles de Rosario para descubrir la simpleza de los lugares, desbordados de lirismos. Observando de este modo, aparece el momento y se vislumbra en su real dimensión, la posibilidad de crear, desde el lugar más accesible, la pureza de la imagen en estado de reposo.
A partir de esta mirada, intentamos abordar las imágenes desde una visión estética de lo cercano; empleando recursos que nos remiten al contacto palpable con la imagen, intentando entrelazar lo artesanal y lo visual, siendo así productos del mismo trabajo. Las fotografías fueron copiadas manualmente en un cuarto oscuro utilizando papel caducado, tratando de rescatar los sentidos más puros, permitiéndonos encontrar con el encanto y la calidez de lo humano, procurando definir cuánto dura la eternidad, un instante, un segundo…