Clapper txt_JUAN AMERI_Ago_2019
Carlos “El Apache” Martínez Tevez nació en el cinco de febrero en Ciudadela, provincia de Buenos Aires y fue criado por sus tíos, Segundo Tevez y Adriana Martínez, debido a que su padre Juan Alberto Cabral murió antes que él naciera y su madre nunca quiso hacerse cargo. Sin dudas fue un pibe del barrio más, que se crió entre los potreros y también los tiros, pero con sus tíos como padres pudo hacer la diferencia logrando una mejor educación para llegar lejos.
El Apache, inicio
Todo se remonta al poco tiempo del nacimiento en 1984, cuando su madre y su tía estaban tomando unos mates en la cama, Carlos tumba la pava y una gran parte del agua caliente cae sobre su cuerpo quemándolo, lo cual lo deja en un estado crítico. Siempre se destacó por ser un distinto, y sus ganas de vivir lo sacaron adelante en poco tiempo. Luego de este hecho, su madre consideró que Adriana era la más indicada para hacerse cargo del pequeño Carlitos, la cual en ningún momento dudo al igual que Segundo.
La familia de los Tevez es un claro ejemplo de la vida cotidiana en el “Fuerte Apache” al menos en su época contemporánea, muy unida y si hay que salir a defenderse a los tiros, eso no es un problema. Esta misma está compuesta por sus tíos (uno de ellos en el principio se encuentra preso) y su abuelo “Chacho”. Durante la serie se van reflejando los diferentes actos diarios en un barrio de ese estilo, con asesinatos, consumo de drogas entre otros. También están las “banditas” dueñas de cada sector del lugar, los cuales están muy relacionados con el entorno de Carlos, por ejemplo su mejor amigo Danilo “uruguayo” Sánchez, y uno de sus tíos.

El Apache, cruda realidad
Por otra parte, en el paso de los capítulos los acontecimientos graves y tristes no dejan de ocurrir. Pero lo positivo es que “El Apache” cuenta con una familia de clase humilde y trabajadora, donde su “papá” es albañil y hace todo lo posible por salir adelante y darles una buena educación a sus hijos. Carlos, sin dudas tuvo la suerte de ser un privilegiado al haberse criado en un potrero y ser tan talentoso, demostrando su don desde un principio en All Boys.
Además, la etapa de amoríos en una serie nunca puede faltar, debido a que Carlitos ya era galán de chico. Inclusive se dio el gusto de hacer sus travesuras de pibito con la hija del patrón de su papá, llamada Mariela. Sin dudas fue un lapso que también marcó su vida, debido a que ella se volvió a la provincia con su padre y dejó de verla.
De todas formas llega un momento donde todo cambia, Carlos empieza a abandonar sus travesuras al darse cuenta de la posibilidad verdadera de jugar al fútbol, lo que tanto ama. En conjunto con su amigo el “uruguayo” intentó probarse en el club que en la serie llaman “Liniers”, que en realidad, es Vélez Sarsfield. En esa oportunidad Carlitos no tuvo suerte, y el que quedó definitivamente fue su amigo que tras algunos problemas de familia y hasta inclusive con el consumo de drogas hicieron que se aleje del deporte.

El Apache, comienzo de un sueño
Sin embargo, Carlos siguió su camino donde Ramón Maddonni reclutador de jugadores para inferiores que en algún momento lo quiso para Argentinos Juniors, volvió con una propuesta más pesada al club All Boys, presentándole la idea a su familia de jugar para Boca Juniors, el sueño del pibe y también de los Tevez. Su madre adoptiva lo dudó en un principio, debido a que quería un futuro para él, terminando la escuela y tratando de evitar el destino de su padre, laburar como albañil.
Al fin y al cabo, la confianza que se le brindó a Carlitos en su entorno dio frutos, debido a que su gran rendimiento en la categoría federal de Boca lo llevó a participar en las inferiores de la Selección Argentina y luego, disputar sus primeros partidos en la primera con el club de sus amores.
Cabe destacar que Carlos la luchó para el logro que consiguió, inclusive tuvo que enfrentarse a los ninguneos por parte de su madre biológica Fabiana que no quería verlo, pero tampoco colaboraba a la hora de ayudarlo con los papeles para que pueda cumplir su sueño y jugar al fútbol. Le costó pero lo consiguió, el amor de la madre siempre está y ya sea por esto o por el cansancio, lo ayudó, logrando lo que tanto esperaba.
Durante los últimos tramos de la serie, el contexto de Carlos termina mal. Cuenta con un final trágico con respecto a su amigo Danilo y muchos de los pibes del barrio terminan muertos o presos. Sin embargo, la educación y los valores no se negocian y están por encima del talento, siendo esas las cuestiones que le permitieron llegar lejos. Triunfó y ayudó a su familia, que luego de que él debute en primera lograron convencerlo de que necesitaban mudarse para estar mejor, pasando del Fuerte Apache al barrio de Barracas.