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“100 días para enamorarse” es la gran apuesta de Sebastián Ortega que se emite de lunes a jueves por Telefe. Con nada más y nada menos que Carla Peterson y Nancy Dupláa como protagonistas, esta tira dio mucho de qué hablar desde el primer capítulo que se transmitió a principios de mayo de este año, y rápidamente se mostró contundente y prometedora; sin dudas marcó una enorme diferencia en lo que venían siendo las novelas argentinas.

Muchas situaciones que fue mostrando la tira sorprendieron a más de un televidente, tales como la aparición de Dupláa con su pañuelo verde manifestándose a favor del aborto legal, la naturalización de la homosexualidad, el acoso, la violencia de género y el uso del lenguaje inclusivo fueron sólo algunas de ellas, pero hubo un tema que fue clave: la visibilidad de la existencia transexual.

La telenovela argentina como medio de visibilización

“100 días para enamorarse” cuenta la historia de Juani (protagonizada por la talentosa Maite Lanata), una adolescente de 17 años, quien al principio de la tira no estaba muy segura de su orientación sexual, pero a medida que transcurre el tiempo comienza a darse cuenta de que no se siente para nada identificada con su sexo de nacimiento, por lo que decide convertirse en un chico trans. La transición de Juani en cierta forma aparece escondida en los primeros capítulos, ya que el personaje usa ropa muy poco femenina, nunca se suelta el pelo y es por demás introvertida.

Acompañada desde el primer momento por su mamá Antonia (quien apoya y entiende a su hija pero con una preocupación genuina y constante) Juani decide finalmente comenzar con su transición y cambia su nombre a Juan, usa el baño de varones y ya no tolera que lo traten como mujer.

El proceso de búsqueda de identidad que atraviesa Juan y su abordaje, sacan la transexualidad del placard y la naturalizan, mientras su madre (Dupláa) aprende términos, conceptos y formas de afrontar esta nueva realidad, el público aprende junto a ella. Menciones de frases tales como “toda la vida viviendo con ella y nunca me di cuenta”, dan pie a que, quizás, algún que otro espectador comience a prestar atención a lo que pasa en el interior de su hogar.

Si bien Juan al principio tiene más dudas que certezas, rápidamente tanto él como su entorno se adaptan a este gran cambio, aunque a su abuelo, un machista retrógrado por naturaleza, esta noticia no le cae para nada bien, pero finalmente logra acostumbrarse al hecho de que ya no tiene una nieta mujer.

A pesar de que la tira ha sido duramente criticada por algunos sectores, no se puede negar que ha marcado un antes y un después sumamente positivo en la televisión nacional, principalmente por tratar con cuidado y sutileza temas tan auténticos y a la vez complicados como los que se mencionan anteriormente. Sin dudas, “100 días” fue un puntapié para abrir el debate sobre diversos temas reales y cotidianos, y logró que estas cuestiones lleguen para quedarse, ya que a partir del abordaje de estos temas, comenzó a hablarse mucho acerca de la transexualidad e incluso, muchos jóvenes trans pudieron alzar su voz y contar sus experiencias en primera persona en programas que jamás hubiéramos imaginado.

La historia de Juan y su familia es real y a la vez novedosa, difícil pero superadora, empática y amorosa, y la combinación de todos estos aspectos hacen, merecidamente, que “100 días para enamorarse” sea lo más visto del prime time.