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El parque o cualquier espacio verde al aire libre como escenario principal, una vestimenta adecuada, calzado oportuno y voluntad: requisitos indispensables para empezar no sólo a correr, sino para cualquier actividad física. Pero el runner es una especie diferente, lo vive de una manera especial, y sin dudas ese momento no constituye algo más en su vida cotidiana.

Esta disciplina, en principio, la puede practicar cualquier persona y se suele realizar al aire libre. En los últimos años ha aumentado considerablemente el número de personas que se ha sumado al running por los beneficios físicos y mentales que aporta al organismo. Especificar en un grupo determinado de la población que lo practica, resultaría demasiado reduccionista por la heterogeneidad de sus deportistas.

Entre los resultados positivos físicos y mentales que tiene para el cuerpo, se puede mencionar: disminución de la posibilidad de contraer enfermedades, mejora de la salud, fortalecimiento de los huesos, solución contra la ansiedad y el estrés, control del peso, tonificación de piernas, brazos, abdomen y espalda, mejor descanso, mejora del autoestima, etc.

Todos en sus marcas, listos, ¡ya!

Más allá de eso hay otro aspecto fundamental, que es el hecho de que cada vez una mayor cantidad de personas en el mundo incorporan este ejercicio a su rutina diaria. Ya no es algo específico de los jóvenes o adultos que gozan de buena salud y, quizás, condiciones físicas óptimas en el cuerpo para esto, sino que en el último tiempo se pueden ver todo tipo de personas realizando esta actividad.

Niños, adolescentes, adultos, personas de edad avanzada, todos parecen estar incluídos e involucrados en el mundo running en la actualidad, de cualquier tipo de esfera social y condición. Basta con tomarse el tiempo una tarde para  ver la gran cantidad de “corredores” que se despliegan a lo largo de los parques, en cualquier época del año, porque para un runner no hay excusas climáticas que puedan hacer tambalear su esfuerzo. Algo que se incorpora como un hábito de vida no se deja por un obstáculo pasajero.

En la ciudad de Rosario hay muchos espacios y circuitos de entrenamiento deportivo relacionado al running, como también grupos de runners. Casi todos se suelen reunir en el Parque de la costanera casi a la altura de los Silos Davis, como así también algunos por la zona del Monumento y el Parque Urquiza. Lo que se observa es siempre la heterogeneidad de personas corriendo, cada uno como parte de un equipo, de un verdadero conjunto, más allá de las diferencias.

Así, cada campeón propio, como debe sentirse alguien que realiza su aventura deportiva personal, merece en reconocimiento por el esfuerzo y tenacidad dedicados. Sin dudas algo mucho mejor que dedicar el tiempo a estar sentado, aunque lamentablemente a veces esto es inevitable. Lo importante es que al mover las piernas, también se mueve el corazón, los sueños y proyectos de cada uno, las luchas internas, y se  despeja la cabeza, claros elementos de una calidad de vida por la que vale la pena luchar.