Clapper txt_Luciana Marioni
Llega a Rosario la despedida definitiva de “Desencajados”, una obra que logra el diálogo de dos géneros independientes, como la Filosofía y la música, a partir de que no encajan del todo. Cuando las cosas se ajustan a la perfección nos deja tranquilos, pero a la vez algo queda afuera. Del desencaje en cambio, siempre florece lo creativo. Sobre el escenario las preguntas existenciales llegan de la mano del gran filósofo Darío Szeta y la cálida voz de Lucrecia Pinto hace lo suyo con la música. La banda que acompaña: Chino Capici en guitarra, Lucas Wilders en percusión y Juan Finger en bajo. Juan Bautista Carreras está a cargo de la puesta en escena.
El filósofo nos cuenta que “Desencajados” nace en conjunto con Lucrecia Pinto, que es la responsable de toda la parte musical del show; ella venía trabajando profesionalmente la cuestión melódica y él la filosófica, se encontraron y decidieron, dados los distintos puntos de confluencia que fueron viendo entre ambos géneros, crear esta obra. Con la música descubrieron que hay una misma búsqueda; que tanto un Cerati, un Fito, un Fandermole, un Spinetta, como un Platón, un Nietzsche o un Derrida, están atravesados por la necesidad de hacerse un determinado tipo de preguntas que cuestionen lo establecido.
Darío ya venía con otros proyectos de sacar a la Filosofía de sus lugares más tradicionales; como en el caso de la televisión con “Mentira la verdad” (en canal Encuentro) o el caso de la radio, incluso la literatura, ya que su libro “Para qué sirve la Filosofía” mezcla Filosofía y ficción. Ya tenía la vocación de generar estas fusiones que no son usuales en el mundo filosófico y se presentó la posibilidad con Lucrecia y con la banda de músicos que la acompañan y así nació ésta producción artística.
“Desencajados es como una especie de payada donde sobre un tema concreto, el amor, el tiempo, el poder, viene la Filosofía y viene la música a proponer su abordaje y lo que hacemos es entrecruzar a ambos generando una sensación desencajada, cada género en realidad está desbordándose así mismo y eso es lo que de algún modo genera empatía”
El público, nos dice Szeta, se encuentra con un espectáculo que lo conmueve, que lo samarrea, lo perturba y lo incomoda, pero al mismo tiempo, un show que está permanentemente buscando el detalle, la belleza y sobre todo que el sonido se cargue de sentido y que los conceptos se plenifiquen de sonoridad. Darío expresó: “En Desencajados la Filosofía se danza, como decía Nietzsche , y al mismo tiempo las canciones van generando una profundidad conceptual que la saca de ese lugar más conocido. Lo que siempre nos pasa es que las canciones que hacemos en la obra las conocen en general medio mundo; pero nos dicen que nunca las escucharon desde ese lugar. No es lo mismo escuchar un tema de Soda o de Redondos en sí mismos, que escucharlos en el medio de toda una reflexión sobre temas como el poder o la otredad”.
Pensamiento desacartonado y penetrante
Sztajnszrajber (conocido también como Darío Szeta) es filósofo, docente, ensayista y tiene una manera muy particular de abordar y divulgar la Filosofía. En Clapps! aprovechamos para hacerle algunas preguntas y conocer más en profundidad su pensamiento.
Clapps!_ ¿Cómo definís a la filosofía?
Darío Szeta_ A mí me gusta definir a la Filosofía como el ejercicio de la pregunta que busca desestabilizar aquellas certezas instaladas como sentido común hegemónico. O sea, es básicamente un trabajo que se ejerce a partir del resquebrajamiento de aquellas ideas que están de algún modo naturalizadas como incuestionables; y para eso se pone todo en juego, la mente, la conciencia, pero también el cuerpo, la imaginación. Por eso me cuesta pensarla como una Ciencia, aunque tiene muchos elementos propios de cierto tipo de Ciencia, sobre todo social. Sin embargo, me parece que trasciende el aspecto científico hacia una naturaleza más artística. Me gusta más pensar a la Filosofía como un arte que como Ciencia, más cerca de la literatura porque tiene ese propósito de conmovernos, de generar con esas preguntas existenciales como un movimiento que nos saca de nosotros mismos. Genera una perturbación más propia de una experiencia estética que de una experiencia de conocimiento.
Clapps!_ Tú manera de abordar la Filosofía es bastante diferente a la de otros filósfos ¿A qué lo atribuís?
Darío Szeta_ Hay muchas formas de hacer Filosofía, no hay una, a mí me gusta hacer una de las tantas siguiendo sobre todo algunos pensadores como Nietzsche, Heidegger, Foucault y Derrida. Pero digamos, no creo que esta forma de hacer Filosofía sea ni la única ni la verdadera; básicamente porque no creo en la verdad y tampoco creo que haya una Filosofía sino justamente muchas y en conflicto entre sí. Me parece que todas las formas de algún modo de hacer Filosofía, brindan un tipo de sentido distinto y que en todo caso, cada uno se va apropiando de esas diferentes formas de acuerdo a su deseo, de acuerdo a su necesidad. Sí está claro que hay dos grandes modelos y mucho en el medio, pero tenés un modelo que entiende que la Filosofía es el fundamento del resto de las Ciencias, la que de algún modo está todo el tiempo haciendo un trabajo de legitimación acerca de los fundamentos de todo saber, o sea un tipo de Filosofía que cree en la verdad. Hay otra que entiende que la verdad siempre es política, es una cuestión de poder y entonces lo que hace más bien es trabajar un resquebrajamiento de las verdades que hoy nos rodean en lo cotidiano, porque entiende que detrás de lo que asumimos como verdad siempre hay un interés. Entonces esta segunda modalidad no cree en la verdad y lo que hace es cuestionar a todos los que creen ser sus dueños; yo me siento más cómodo con esta manera de hacer Filosofía.
Clapps!_ En la obra hablás del gran poder de la palabra y la gramática ¿Qué opinás del uso que hacen los medios de comunicación de la palabra valiéndose de su poder?
Darío Szeta_ Creo que los medios hoy expresan justamente ese poder de la palabra, que históricamente la Filosofía viene de algún modo trabajando y evidenciando. Es como que se plasma de una manera más materializada donde obviamente, la palabra lo es todo. “Nada hay fuera del texto” dice Derrida y los medios son un trabajo con la palabra; el tema es que uno le cree a la palabra y me parece que el gran desafío para una sociedad emancipada es estar todo el tiempo cuestionando la palabra, no asumiéndola como algo dado sino al revés, ya que el poder pasa por la palabra, el contra poder también pasa por la palabra. Entonces, es desde el lenguaje que se puede abrir la fisura necesaria para que aquellos términos que parecen indiscutibles, puedan ir mostrando su ambigüedad. Detrás de toda definición que pretende mostrar una realidad tal como es, lo que hay siempre es un tipo de interpretación que lo que busca es posicionarse como si fuera verdadera. Se trata de un conflicto de palabras que me parece fundamental dejarlo en claro. Por eso, en “Desencajados” apelamos a la música, porque lo que busca y lo que propone es que el sentido no se agote en la palabra, sino poder dar un paso más allá de ese lugar, al que no podemos acceder, porque como todo es texto parecería que se nos escabulle. Sin embargo, hay algo de lo musical que se juega a otro plano y que nos habilita en todo caso otra perspectiva.
Acerca de lo que plantea “Desencajados”, el protagonista nos dice: “Es una propuesta muy entretenida existencialmente hablando y que por eso, ese entretenimiento implica una agudeza y una sensibilidad más propia de la angustia. Es como poder entretenerse angustiándose o al revés, entender que la angustia también puede ser creativa y que llena…llena porque vacía, aunque parezca paradójico; porque nos vacía de las ideas que tenemos previamente sobre las cosas y que creemos que son intocables».
Darío anticipa en Clapps! que la idea es hacer una segunda parte de la obra para el año que viene, pero por ahora se están despidiendo del escenario luego de cinco años. Así que no te olvides de sacar tu entrada para el jueves 9, antes de que se agoten! Están a la venta en Amadeus (Córdoba 1369) y en superentrada.com.
“Desencajados” interroga todo el tiempo los conceptos y pensamientos ya establecidos, nos abre la cabeza y nos demuestra que nada es definitivo, todo puede ser de otra manera.