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Googlear a Caitlin Moran es todo un descubrimiento: periodista, columnista de The Times desde los 18 años, crítica musical, entrevistadora, amiga y fan de Lady Gaga, escritora de ficción y no ficción, guionista y madre de dos. Además, una de las voces más nombradas de la quinta ola feminista. Emma Watson, referente de la campaña global HeForShe – que busca involucrar a los hombres en la lucha por la igualdad de género – declaró que «todas las mujeres del mundo deberían leer “How to be a woman”. Anagrama lo editó y se consigue en todas las librerías del país.

“Cómo ser mujer” es un libro de no ficción dividido en 16 capítulos titulados con exclamaciones (¡Soy peluda! ¡Soy feminista! ¡Me caso! ¡Soy gorda!) en los que Moran cuenta, en una suerte de cronología y con sus propias experiencias como hilo conductor, cómo es crecer siendo mujer. Sus conclusiones son categóricas y los hechos que comparte tan auténticos que obligan al lector a reflexionar. Si bien el título supone una suerte de autoayuda sobre qué deben hacer o cómo deben ser las mujeres, no hay rastros de eso. Todo lo contrario. Hay una intención bien marcada de desterrar los estereotipos y tirar por la borda la imagen de la mujer políticamente correcta del siglo XXI.

“Cómo ser mujer”, por dentro (y por fuera)

Caitlin Moran comienza con una escena de bullying que sufrió en la escuela a los 13 años, y a partir de ahí comparte una a una sus vivencias hasta convertirse en la que es hoy. Escenifica y hace que el lector comprenda el peso de la primera menstruación, empatice con el rechazo que recibió por su gordura, entienda las actitudes sexistas con las que se topó a lo largo de su juventud, y se replantee la moda incómoda, porque ¿a quién se le ocurrió que hay que usar stilettos?

El amor y ser o no ser, madre

Caitlin crece y los temas son otros. Enamorarse, sufrir por amor, casarse, lo traumático y feliz que puede resueltar un embarazo y el miedo de ese momento previo al parto. Por qué tener hijos y por qué no y la defensa de la legalización del aborto a partir de su propia decisión de abortar: “Sólo tras nueve meses de embarazo, un parto, alimentar al bebé, cuidarlo, tenerlo en brazos hasta las tres de la mañana, levantarte con él a las seis, extasiarte de amor y al mismo tiempo anegarte en llanto, entiendes realmente lo importante que es para un niño ser deseado. Cómo la maternidad es un juego en el que debes participar con toda la energía, buena predisposición y felicidad posible. Puedo decir con sinceridad que el aborto fue una de las decisiones menos difíciles de mi vida (…) La idea de que, en una época anterior, o en otro país, podría no haber tenido elección sobre esto, me parece una barbaridad psíquica y emocional”.

La aceptación vs. las cirugías estéticas

¿Qué hacen las mujeres cuando la juventud se esfuma y aparecen los primeros signos de la vejez? Moran revela cómo la sociedad patriarcal impone estándares de belleza en todas las etapas de la vida de una mujer y entonces abre el debate sobre las cirugías estéticas: “Las arrugas son tu arma contra los idiotas, las arrugas son tu señal, NO TE ACERQUES A ESTA MUJER SABIA E INTRANSIGENTE (…) La cara de una mujer es su templo”.

El feminismo como estandarte

Por último, la autora de “Cómo ser mujer” deja en claro la importancia del feminismo como escuela, de la que todas las mujeres deben ser parte, porque -explica- es la única palabra que existe que significa <mujeres iguales a hombres>. “Si no sos feminista -agrega- entonces no tengas educación, no tengas un trabajo, o déjalo cuando te cases, admite que si te violan no se considerará un crimen y devuelve tu derecho al voto (…) Sin feminismo no te dejarían debatir el lugar de la mujer en la sociedad. Estarías demasiado ocupada pariendo en el suelo de la cocina, mordiendo una cuchara de madera para no estropear la partida de cartas de los hombres”. Esta contundencia en sus mensajes está presente a lo largo de todo el libro. Recurre al sarcasmo para desmontar las manifestaciones sutiles del machismo. Pero el más protagónico de los recursos es el humor, que inunda el texto de punta a punta, devela confidencias y genera una relación amistosa con el que está del otro lado.

Con una constante autoreferencia y sin reserva alguna, Caitlin Moran detalla cómo se hizo adulta rodeada de exigencia y falta de entendimiento, y con la ilusión de dejar escrito para las nuevas generaciones una especie de manual de vida: «Aceptar que sólo eres una mujer normal, que vas a tener que despertarte, trabajar duro y ser amable para conseguir las cosas es, una vez superada la dolorosa desilusión de tu apabullante normalidad, increíblemente liberador”.