Clapper_txt_Daiana Toledo_Jul_2018
A los Bestia Bebé les gusta sonar fuerte en el escenario, tocar rápido y potente, con mucha distorsión. A raíz de su crecimiento en el último tiempo afirman que su secreto es “tocar mucho y todo el tiempo, giramos por todo el país, estamos en constante actividad, eso te mantiene ahí a la vista siempre, y por ahí hizo que llamemos la atención”.
Su último álbum, “Las pruebas destructivas”, reúne canciones viejas de lo largo de su carrera y también temas inéditos, donde decidieron apostar por un sonido nuevo y una vuelta de tuerca en esas canciones que habían quedado afuera, y la re pegaron con repercusiones más que positivas dentro de sus seguidores.
Siendo ya la octava vez que se presentan en la ciudad, la banda de indie rock tiene un recorrido de 7 años. Hacia fines del 2011 Tom daba clases de batería y conoció al resto del grupo humano que hoy hacen Bestia Bebé, en un momento de sus vidas donde todos querían ir hacia una misma dirección, y tras un par de charlas sobre música ya estaban yendo hacia allí. “Tocamos casi todos los findes. Próximamente vamos a estar en Córdoba, Buenos Aires, vamos a ir a Perú nuevamente, a Chile a fin de año, siempre hay fechas por suerte”.
Escenarios, la experiencia de la magia en vivo
Después de dos años de giras ininterrumpidas, se subieron a escenarios de todo el país y de Brasil, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay. En 2016 tocaron en el Lollapalooza. Desmienten un poco sobre la idealización de los mega festivales, “la experiencia en escenarios tan grandes es bastante rápida, es subir, tocar, todo pum pum pam, tocar media hora a las 12 del mediodía. Obvio que nos re divertimos igual, nos re sirvió, fue como una isla en la vida normal de la banda, la pasamos bien”.
“La experiencia en los escenarios nos dio más seguridad, empezamos a tocar mejor, escabiamos menos antes de tocar”, se ríe y bromea al respecto Tom, guitarrista, voz y compositor de Bestia Bebé. “Antes por ahí era todo más caótico, ahora somos más ordenados pero no por eso deja de ser divertido”. El leonino de Boedo nos dice que cada recital es diferente, “tocamos ante todo para que la gente la pase bien”.
En cuanto a la grabación en estudio, ahí está el verdadero desafío, “lo más difícil es lograr ese sonido que está en tu cabeza. Querés que una canción suene de determinada manera y capaz en los primeros discos que eran más experimentales los resultados terminaban siendo otros. En el último disco logramos que suene bastante parecido a lo que queríamos desde un principio”, revela Tom, y destaca la participación y ayuda de su hermano, productor y sonidista de la banda, Felipe Quintans.
La banda de Tom, Chicho, Polaco y Topo trabaja con Discos Laptra, el sello manejado por los músicos de Él Mato a un Policía Motorizado y Los 107 Faunos. Dentro del relativamente nuevo ambiente indie rock (no tiene más de 15 años) se respira autogestión entre bandas, amistad y amor por la música. ¿Qué decirle a las bandas que recién empiezan? “Que se dediquen de lleno y 100 por ciento a esto. Una banda independiente tiene que encargarse por sí sola de un montón de cosas a costa de poner energía, plata y tiempo en lo que te gusta hacer. Es importante que todos los miembros quieran lo mismo y tiren para el mismo lado”.
Esta banda de jóvenes de entre 25 y 32 años seguirá dando todo de sí, cantándole con composiciones propias al barrio, al fútbol, a los amigos y a la vida, “porque tocar es lo que más nos gusta”. Los vientos se visualizan copados para Bestia Bebé.