La condición humana está caracterizada por una relación entre la acción y el ser. Es que uno puede quedar sujeto a su paradigma nato, o bien trascenderse y ser de acuerdo a como actúa. Cuando la acción genera ser, ocurre lo impensado, y surge una comedia que propone una metamorfosis en las reglas rígidas de la realidad para convertirlas en reglas móviles arriba del escenario.
Obra existencialista, entre la muerte y el fracaso
“Nos reìmos un poco de la muerte y del fracaso, es una obra un poco existencialista”, asegura Amione sobre la trama que gira en torno a cuatro amigos devenidos en ladrones, y su constante fracaso de intentar robar un banco. La misma se anuncia como una obra vinílica, a modo de referenciar al espectador ese matiz setentoso en el que se desenvuelve y que interpretan Almendra Andenmatten, Juan Manuel Raimondi, Flavio Esteban y Gustavo di Pinto. “Temporizar el teatro no permite tanto vuelo, a veces se necesita ese distanciamiento para la creación, alejarlo del presente”, explica Ignacio.
Su contacto en el año 2015 con Enrique Gabenara (dramaturgo), y el apoyo de la productora Esse Est Percipi devino en Vai tomar no cu, expresión portuguesa, un tanto procaz, para una trama que encarna un humor ácido y bizarro. En su paso de actor a director, Amione reconoce que vio el guión e imaginó algo diametralmente distinto a lo que terminó siendo, ya que “trabajar mucho cognitivamente, no tiene buen resultado, está bueno ver qué propone cada uno en su humor, en su corporalidad”, analizó.
La era de la inmediatez y el lugar del teatro
En la era de la inmediatez y la superficialidad, el teatro en muchos casos suele ser un oasis en el mar de la cultura digital, y esta comedia no es la excepción. Asumiendo el contexto, este grupo teatral contempla ese carácter lúdico en la puesta en escena, pero sin desatender las expectativas del público. Ahí prevalece la intensidad al transmitir algo, mismo espacio donde se conjuga una idea y las formas. “Mi pasión está puesta ahí, yo a los actores les hago entender que no es lo mismo una intervención de una manera que de otra, hago mucho hincapié en el cómo y no tanto en el qué”, reflexiona Ignacio.
Más allá que la propuesta se trabaja con una estructura sólida, “el teatro se hace en el aquí y ahora, y según el día hay energías muy diferentes, cada función es única”. A eso apela un poco Vai tomar no cu, no tanto a los chistes discursivos, sino a lo que pide la situación, a la impronta de los personajes y a la intervención del público. Casi una filosofía que les ha dado resultado a lo largo de las presentaciones de cada sábado en La Morada (San Martín 771), que continuará en Junio, y luego saldrá a recorrer la ciudad capital.