ANUARIO 2018, DONDE QUIERAS ENCONTRARTE…
Clapper txt_Eugenia Michiels_Jul_2018
Si te encontraste cantando “en Cabildo quinientoooos”, respondiendo “o si, o no” a cada ocasión o gritando en tu mente un “PARALA LAAKAA” es porque vos también caíste bajo la influencia de La Faraona. Parece ser que se propaga como los resfríos en inviernos, como si al click del primer video quedás encadenada/o al club de farafans que no paran de repetir las historias de Instagram de @martincirio, que hacen aguante afuera de Cabildo 500 y le dan repeat al video más trashfull de todos. Si todavía no caíste bajo la influencia de La Faraona estarás no solo intrigadx, sino también medio asqueada/o por algún párrafo cochino. Quedate tranqui que ya te contamos quién es este personaje que se te pega y nunca despega.
¿Quién es La Faraona y por qué no paro de ver sus videos que me transmiten muxa paz?
La Faraona es el alter ego de Martín Cirio, un youtuber argentino de 33 años que se hizo famoso por este personaje autodenominado travesti que, a modo de consultorio amoroso/bizarro/sexual/confesionario, responde preguntas de sus farafans y cuenta –con lujo de detalles (porque a este no se le escapa nada)- sus desventuras amorosas y sus encuentros sexuales, que varían desde la cogida con un oso (La Faraona aclara que “oso” es la denominación dentro del ambiente gay de los hombres gordos), sus avances amorosos en el período en que vivió en Egipto hasta la incansable mención de su ex pareja, Naxo (al que todos queremos conocer porque #morbo).
Con un lenguaje pegadizo y la utilización de muletillas inventadas, catch phrases y covers bizarros de canciones populares, Martín Cirio logró crear una base de fans que no paran de pedir más videos. Sus frases se repiten en la calle, son memes en Twitter, se mencionan en historias de Instagram de fans randoms y se propagan por toda Argentina y Uruguay ampliando la base de farafans hasta dimensiones insospechadas. Pero, ¿qué hace a La Faraona un personaje tan consumido? La respuesta es: la cultura trashfull de lo basura.
El #morbo como ley primera de la cultura basura
En la nota inaugural de Trashfull (nuestra sección en Clapps! sobre lo bizarro y lo basura), Juan Sklar introdujo el concepto de “cultura basura”, que son todas aquellas expresiones artísticas que escapan de la “cultura seria” o estándar. La cultura basura es sexo, es morbo, es flagelación, es Ricky Fort y pizza con champagne: y nos encanta. La Faraona responde a todas las características de nuestra cultura favorita. Con un relato cómico nos cuenta (sin obviar ningún detalle) cómo es garchar por el culo –entre otras prácticas sexuales- y lo cuenta con la confianza y desfachatez que la caracterizan.
Nos encanta porque los seres humanos nos alimentamos del morbo, el cual es la ley primera de la cultura basura. Martín Cirio tomó aquello oculto por vergüenza –ya sea prácticas sexuales o el amor por la música de Belinda– y lo llevó a la pantalla de nuestros celulares para un consumo frenético de la cultura trash, para su uso y abuso. La apropiación de sus frases es otra de las expresiones que caracterizan a la cultura basura, donde nada es privado y todo es de todos. La Faraona cuenta anécdotas escatológicas para que las uses a tu antojo y nosotros lo hacemos, maldita sea.
Transcurren los videos de La Faraona y llegado al punto de ver a este personaje sentado en el inodoro o filmando sus preservativos usados, el espectador se pregunta: ¿qué carajo hago viendo esto? Pero a pesar de la impresión, o del asco, o cualesquiera sentimientos produzcan los videos de La Faraona: nosotres los seguimos consumiendo. Eso es lo que provoca la cultura basura.
En un contexto histórico-social donde el lenguaje está siendo discutido y reinventado, Martín Cirio logró –con una facilidad admirable- introducir en boca de todxs no sólo un lenguaje inclusivo sino también una locura de frases hermosas que no se paran de repetir en todas partes. ¿Vos también caíste bajo la influencia de La Faraona? Si todavía no lo hiciste acá te dejamos un video para que la conozcas y la ames… o no (pero más sí que no).